Paul Magnette, primer ministro de la región belga de Valonia y que lideró el rechazo al pacto con Canadá, dijo a su Parlamento el viernes que con las concesiones que consiguió, la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI) estaba "muerta y enterrada".
Brueselas. Un debatido acuerdo de comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos no está muerto y las negociaciones van a seguir con el nuevo Gobierno estadounidense tras la elección presidencial de noviembre, dijo el sábado la comisaria de Comercio de la Unión Europea, Cecilia Malmström.
Un acuerdo similar entre la Unión Europea y Canadá podría ser firmado finalmente el domingo luego de que la resistencia de los gobiernos locales belgas llevó a un bloqueo de último minuto del pacto que llevaba siete años de preparación.
Paul Magnette, primer ministro de la región belga de Valonia y que lideró el rechazo al pacto con Canadá, dijo a su Parlamento el viernes que con las concesiones que consiguió, la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI) estaba "muerta y enterrada".
Malmström señaló que ella disentía de esas declaraciones y que seguiría trabajando con el nuevo Gobierno estadounidense.
"La ATCI no está muerta, sino que aún no se llega a acuerdo", dijo la diplomática tras una ceremonia en Bruselas en la cual Bélgica firmó su apéndice al Acuerdo integral de Economía y Comercio (CETA) con Canadá.
"Naturalmente que la elección en Estados Unidos pondrá en pausa las negociaciones y las reanudaremos con la nueva administración", agregó Malmström.
Tanto la ATCI como el CETA han generado el rechazo de sindicatos y otras agrupaciones ciudadanas que afirman que los acuerdos reducirán los estándares en materia laboral, ambiental y de salud pública, además de permitirle a las transnacionales influir sobre los gobiernos europeos.
Washington y Bruselas querían sellar la ATCI antes de que el presidente Barack Obama deje su cargo en enero, pero ambas partes reconocen que eso no sucederá. Algunos políticos europeos han pedido que las conversaciones se paralicen y se relancen tras la elección presidencial en Estados Unidos con una mayor transparencia, metas más claras y un nombre distinto para el pacto.