Para responder a exigencias de una opinión pública cada vez más escéptica a acuerdos de libre comercio, la CE busca renovar su política comercial con miras a reanimar las negociaciones con EE.UU.
La nueva estrategia buscará actualizar los acuerdos existentes con México y Chile y la unión aduanera con Turquía, además de abrir la puerta a negociar con países de la región Asia-Pacífico, como Australia, Nueva Zelanda y Filipinas.
La iniciativa para hacer las normas de comercio más efectivas, transparentes y ancladas en valores como el desarrollo sostenible o los derechos humanos es una respuesta a las encendidas protestas contra el plan para un acuerdo comercial transatlántico entre la UE y Estados Unidos (TTIP).
Multitudinaria protesta contra TTIP en Berlín. En la última protesta, al menos 150.000 personas marcharon por Berlín el sábado pasado contra el TTIP, argumentando que es antidemocrático y que rebajará la seguridad alimenticia y el estándar laboral y medioambiental. "Hemos escuchado el debate", dijo en un comunicado la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom.
Los europeos, dijo, saben que el comercio puede atraer más empleo y crecimiento, pero no quieren comprometer los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la regulación y servicios públicos de alta calidad. También quieren saber más sobre las negociaciones.
La Comisión bajo presión. La nueva norma buscaría garantizar que el comercio produzca beneficios económicos, incluidas las pequeñas empresas, y conllevaría que se publiquen los textos de las negociaciones, como se ha hecho con el TTIP.
La Comisión Europea, que es la responsable por la política comercial de la Unión Europea, dará prioridad a la finalización de los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Japón y de un acuerdo de inversión con China. La Comisión está cada vez bajo más presión después de que 12 países del Pacífico, entre ellos Estados Unidos y Japón, lograron recientemente un acuerdo para liberalizar el comercio.