Para nadie es un secreto la crisis económica que atraviesa el hermano país de Venezuela. La inflación y el desabastecimiento de productos ya es considerado extremo, la fuga de inversión extranjera directa y la salida de multinacionales, sumado al descenso en los precios de petróleo, no hace más que profundizar esta situación. En este contexto, las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela han variado en los últimos años, ¿Qué ha pasado? ¿Cómo le ha ido al Valle del Cauca? ¿Qué se espera?
La economía venezolana está llegando a su momento más lúgubre, según los expresa JP Morgan, ya que el desabastecimiento y la inflación desbordada se han convertido en un asunto extremo. La escasez en bienes de consumo masivo alcanzó el 28% en enero de este año, y en casos como la leche, el azúcar, la harina de maíz y el papel higiénico, la cifra llegó al 90%. Todo este escenario ha generado un pronóstico para el 2015 muy oscuro: la economía Venezolana se contraerá en 4 puntos porcentuales.
Al mismo tiempo, la inversión extranjera directa ha disminuido en los últimos años de forma crítica y las políticas de expropiación de los medios privados de producción, aplicadas desde 2004, han incentivado a muchas multinacionales a dejar el país y han promovido un consumo basado en importaciones.
Para no aumentar las cifras de desempleo, el gobierno ha otorgado altos subsidios generando no sólo un aumento del déficit fiscal, sino que además está minando la productividad industrial del país. Pero lo verdaderamente impactante es que Venezuela no llegó a esta crisis después de una guerra o de una catástrofe natural, sino después de una década en la que sus exportaciones alcanzaron niveles históricos gracias a la inédita subida que experimentó el precio del petróleo entre 2002 y 2008.
Esta situación, sumada al descenso en los precios del petróleo de los últimos seis meses, han socavado el poder adquisitivo de los venezolanos, y el efecto se ve en una menor cantidad de importaciones entre 2013 y 2014, lo que explica en gran medida el desabastecimiento actual.
Para Colombia, un socio comercial natural de Venezuela, este escenario no es favorable, pues de 2013 a 2014 las exportaciones se redujeron en 12% (pasaron de US$2.250 millones a US$1.980 millones), un comportamiento que se explica principalmente por las menores exportaciones de gas natural, de animales vivos y de carne bovina. Sin embargo, los resultados para el Valle del Cauca han sido totalmente contrarios al contexto nacional, pues nuestro departamento no es un exportador de commodities como gas o carbón. Por el contrario, exportamos manufacturas. Y las manufacturas que los venezolanos necesitan.
Entre 2013 y 2014 las exportaciones hacia Venezuela, con origen en el departamento, aumentaron en más del 50%, pasando de US$293 millones a US$464 millones. El Valle del Cauca principalmente exporta hacia el país vecino productos de las industrias alimenticias, en especial las relacionadas con snacks (bombones, chocolates, galletas y confitería en general), y productos de aseo como jabones (tanto para uso personal como domestico) y productos de higiene bucal. Los bombones, caramelos y confites son los que explican esencialmente el crecimiento de las exportaciones, de US$125 millones vendidos en 2013 se pasó a US$305 millones en 2014. Destacándose Aldor, Cadbury-Adams y Colombina como principales empresas proveedoras de dichos bienes.
Esperemos que 2015 continúe con esta tendencia, y aunque la situación de Venezuela sea preocupante, aún los colombianos podemos encontrar oportunidades comerciales y aumentar la participación en dicho mercado. No obstante, se debe tener mucho cuidado, ya que el mercado de divisas en Venezuela está en constante reforma por parte del gobierno, por lo tanto, los empresarios "vallunos" deben asegurar el pago por adelantado durante las negociaciones.