Las múltiples y engorrosas exigencias de entrada a los mercados de la Unión Europea (UE) terminaron causando que la oferta exportadora de Colombia se concentrara, principalmente, en diez países. De ellos, sólo cuatro protagonizan los mayores flujos.
“Esta es una oportunidad inmejorable para que los productos colombianos lleguen a otros mercados y capten nuevas inversiones”, señaló Maria Van Gool, embajadora comunitaria en el país al tiempo que expresó su deseo por que el Congreso apruebe el tratado comercial entre ambas partes a más tardar en el primer trimestre del 2013.
Para entonces, los industriales colombianos podrían ir, maletín en mano, a buscar negocios en destinos que hoy no despiertan mayor entusiasmo: Letonia, Lituania, Malta, Chipre o Bulgaria. “Ya tenemos instrumentos para hacer matchmaking (reunir a potenciales compradores con vendedores)”, reveló Juha Virtanen, embajador finlandés en Perú y responsable de las relaciones con Colombia.
Los exportadores colombianos han centrado sus pedidos en dos sectores clave, carbón y café, facturando, según el Dane, US$44,6 millones a octubre pasado, una caída del 18,2% frente a los US$54,6 millones obtenidos en 2011. “Creemos que Colombia tiene altas oportunidades de éxito en sectores como la pesca, el petróleo y la petroquímica. Además, aún no nos hemos sentado a analizar cuidadosamente las posibilidades en el sector servicios”, añadió.
Por su parte, el Gobierno rumano, en asocio con Proexport, ha realizado diferentes ruedas de negocios y visitas empresariales para establecer nuevos vínculos. “Tenemos un mercado de 22 millones de compradores potenciales, el cual tiene un atractivo muy alto”, indicó Radu Sarbu, encargado de Negocios de la embajada de su país, quien consideró que la carne, las frutas y la industria liviana tendrían un gran potencial de compra. Las ventas a ese país apenas superan los US$6 millones.