Así lo adelanta Paulina Muñoz, vocera de Ecuador Decide, organización social integrada por movimientos ambientalistas, campesinado, indígenas, representantes barriales, microempresario, entre otros.
Luego de la firma del acuerdo comercial de Ecuador con la Unión Europea (UE) el viernes pasado, grupos contrarios a esa negociación reafirmaron sus argumentos y algunos esperan esta semana que llegue el texto al país para demandarlo en la Corte Constitucional, entidad que debe ratificar el tratado, al igual que la Asamblea Nacional y –de manera simultánea– el Parlamento Europeo.
Así lo adelanta Paulina Muñoz, vocera de Ecuador Decide, organización social integrada por movimientos ambientalistas, campesinado, indígenas, representantes barriales, microempresario, entre otros.
Asegura que el acuerdo pone en riesgo la soberanía alimentaria debido al ingreso al mercado nacional de productos agrícolas europeos con mayor tecnología y altos subsidios con los que –consideran– sería imposible competir por sus bajos costos. Esto sucedería con la papa, granos, pollo, la leche en polvo.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Jorge Herrera, también se muestra contrario al tratado.
En un comunicado rechaza la firma y dice que la aprobación debió tratarse a través de una consulta popular, que en el acuerdo la tierra es considerada una mercancía y elemento de comercio y que solo se beneficiarían los agroexportadores. Además que se priorizaría el comercio del agua, las grandes industrias embotelladoras y el uso para los monocultivos, lo que afecta a las comunidades, que ahora ya deben enfrentar la escasez y concentración de este recurso natural.
Ante las quejas el ministro de Industrias y Productividad, Santiago León, asegura que se precauteló la producción nacional al excluir del tratado a productos sensibles y que tienen producción local, además de contemplar plazos de reducción arancelaria de 10 a 17 años y salvaguardias agrarias.
Según el Ministerio de Comercio Exterior, dentro de esos grupos están: carnes y procesados de bovino y aves, maíz y derivados, arroz y derivados, soya, papa congelada, azúcar, mantequilla, queso fresco, leche en polvo, yogur, maíz dulce, embutidos cocidos de porcinos y alimentos para animales.
Cifras oficiales apuntan a que las exclusiones representan cerca del 60 % de la producción agropecuaria del país.
Uno de los productos con salvaguardias es la leche en polvo y los lacto-sueros, para los que se creó un contingente de importación de 400 toneladas con un crecimiento de 20 toneladas por año. Este volumen representa el 0,18 % de la producción de leche líquida actual.
Para los quesos maduros se dispondrá de 17 años de plazos para la reducción arancelaria, con un contingente de libre acceso de 1.000 toneladas con un crecimiento de 50 tm año y se aplicará una salvaguardia que se activará al alcanzarse el 120% del nivel del contingente.
400 toneladas de leche en polvo y lacto-sueros es cupo de UE.
Leche a bajo costo. Según un estudio de Ecuador Decide, Centro de Derechos Económicos y Sociales y el Instituto de Estudios Ecuatorianos, por los subsidios de la UE a sus empresas la producción de un litro de leche no supera los $ 0,27, mientras que en Ecuador se halla alrededor de los $ 0,40, lo que provocaría la quiebra de las familias campesinas que se dedican al negocio de la leche. (