El Producto Interno Bruto del país asiático trepó a 9,1%, moderándose frente al 9,5% del segundo trimestre. La tasa de crecimiento fue levemente inferior a la expectativas de una expansión de 9,2%.
Pekín. La expansión económica de China se ralentizó en el tercer trimestre a su ritmo más lento desde el segundo trimestre del 2009 por el efecto de la rígida política monetaria doméstica y un debilitamiento en la demanda externa.
El Producto Interno Bruto (PIB) de China trepó a un 9,1% en el tercer trimestre, moderándose frente al 9,5% del segundo trimestre. La tasa de crecimiento fue levemente inferior a la expectativas del mercado, que apuntaban a una expansión de un 9,2%.
Los datos muestran que China no es inmune a los efectos de la crisis de deuda en la zona euro y subrayan los riesgos que enfrenta la segunda mayor economía mundial si su principal socio comercial, Europa, no resuelve sus problemas.
Pero la ralentización moderada del crecimiento no conduciría a un cambio en la política monetaria como respuesta, opinó Connie Tse, economista de la consultoria Forecast en Singapur.
"Basado en la visión de que China debería haber actuado con más agresividad a comienzos de año sobre sus políticas de tasas de interés y que las presiones sobre los precios aún son un problema, en ausencia de un escenario donde haya un aterrizaje brusco, no vemos la posibilidad de recortes de tasas en el futuro cercano", declaró Tse.
La economía china enfrenta una incertidumbre cada vez mayor tanto en el exterior como en el extranjero, dijo la Oficina de Estadísticas de China en un comunicado difundido junto a los datos. En este llamó a la mantención de políticas económicas estables.
Un crecimiento más lento podría ayudar parcialmente al proceso de estabilización ya que implicaría cierto debilitamiento en las presiones sobre los precios para los funcionarios en Pekín.
La inflación en China retrocedió a un 6,1% en septiembre, aún cerca del máximo en tres años que tocó en julio, de un 6,5%, y muy por encima del objetivo de Pekín para el 2011 de un 4%.
Para combatir el alza en los precios y evitar que generen agitación social, Pekín elevó sus tasas de interés cinco veces durante el año pasado y subió nueve veces los requerimientos de reservas bancarias en el mismo período.
Sin embargo, el empeoramiento del pronóstico económico mundial ha obligado a Pekín a mantener su política sin variación desde julio, con algunos analistas apostando que las autoridades incluso podrían relajar su política para apoyar el crecimiento de ser necesario.