El gobierno se ha enfocado más en la regulación de emprendimientos conjuntos que en estimular nuevos proyectos de negocios, según dijeron diplomáticos y empresarios.
La Habana. Los planes de reformas en Cuba para traer más inversiones extranjeras a la isla han tenido un lento comienzo, debido a que el gobierno se ha enfocado más en la regulación de emprendimientos conjuntos que en estimular nuevos proyectos de negocios, dijeron diplomáticos y empresarios.
De hecho, Cuba ha cerrado más empresas mixtas de las que ha abierto desde que el gobernante Partido Comunista adoptó más de 300 reformas económicas hace un año, y están muy lejos del máximo alcanzado en la década de 1990.
La lista de empresas mixtas en peligro de desaparecer o cerrar incluye grandes nombres, como Unilever PLC, el gigante anglo-holandés de productos para los consumidores, y otras empresas que han operado en el país durante 15 o más años.
El plan de reformas en Cuba anunciado el año pasado destacó positivamente a la inversión extranjera, prometió una revisión del engorroso proceso de aprobación y estableció que se contemplaba la construcción de zonas económicas especiales, emprendimientos conjuntos para campos de golf, puertos deportivos y nuevos proyectos manufactureros.
La mayoría de los expertos sostiene que el país necesita grandes flujos de inversión directa para el desarrollo y la creación de puestos de trabajo si el gobierno sigue adelante con la idea de eliminar un millón de empleos, en un intento por sacar el país de sus problemas económicos.
Las planes de inversión son especialmente importantes para la isla dado el padecimiento de cáncer que afecta a su aliado, el presidente venezolano Hugo Chávez, quien ha defendido por años la estrecha cooperación entre Cuba y el rico país petrolero que lidera.
Si bien el plan de reformas sembró esperanzas de una apertura al capital extranjero, también dejó en claro que las inversiones existentes y futuras tendrían que ser "compatibles con el plan nacional" y que "rigurosos controles se establecerán en los reglamentos y procedimientos (...) así como en los compromisos asumidos por los socios extranjeros".
Esta parte del programa se ha llevado a cabo vigorosamente, de acuerdo con fuentes empresarias y cubanas, con la revisión de unos 240 proyectos de inversión extranjera recientemente concluidas.
Esa cifra representa una disminución desde los 258 proyectos reportados al cierre del 2009 por el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y muy lejos de los más de 700 que registraba Cuba hace una década.
El tema parece ser, en parte, consecuencia de los viejos hábitos ideológicos que aún perduran, dijo el director del programa en la Oficina de Washington para América Latina, Geoff Thale.
Otras reformas, como el fomento del autoempleo y mayor descentralización en la agricultura, han sido más fáciles de implementar.
"Desde el punto de vista del estado, la apertura a la inversión extranjera parece ser un paso mucho más grande para tener en cuenta en el cambio del modelo económico que la liberalización de la agricultura nacional o de la apertura actual para la pequeña empresa", dijo Thale.
Cierre de empresas. Unilever PLC, el gigante anglo-holandés de bienes para el consumidor, es la última y más conocida de las empresas extranjeras en empacar sus maletas.
La compañía con 15 años en la isla, una asociación económica conjunta del 50% para cada parte, ha expirado y no pudo resolverse una disputa sobre la participación mayoritaria en un nuevo emprendimiento.
"Queríamos el 51% de la nueva empresa y lo mismo hicieron los cubanos. En ese punto decidimos salir, a pesar de que hay algunas discusiones en curso", dijo un gerente de la empresa que pidió el anonimato.
Inversores israelíes, que operan en el Grupo BM con sede en Panamá, se retiraron recientemente de su negocio de procesamiento de jugos tras romperse nuevas negociaciones del contrato, según dijeron fuentes empresariales.
Los inversionistas en la terminal de contenedores de La Habana se van de Cuba cuando la isla se prepara para abrir una nueva terminal en Mariel, dijeron diplomáticos.
Varias empresas controladas por dos entidades comerciales de Canadá y un fondo británico investigado por presuntas prácticas de corrupción, están en proceso de liquidación.
Las oficinas de las tres compañías fueron cerradas el pasado año y sus altos ejecutivos arrestados como parte de una ofensiva del gobierno contra la corrupción.
Inversión socialista. Después de las elecciones en Venezuela de 1988, donde fue electo como presidente Chávez, un declarado socialista, Cuba se alejó de fomentar la inversión extranjera privada en favor de la cooperación financiada por el Estado con su nuevo aliado productor de petróleo.
Venezuela se ha convertido en el mayor socio económico de Cuba con alrededor de 50 empresas conjuntas establecidas en los últimos 10 años, aunque muchas todavía están sólo papeles.
Cuba depende del petróleo venezolano para satisfacer sus necesidades energéticas nacionales y el futuro incierto de Chávez hace más imperativo que el gobierno cubano retome el ritmo si quiere más inversión extranjera, dijo un diplomático occidental.
"Los cubanos pueden ser alérgicos a la inversión extranjera, pero el reloj no se detiene y las concesiones en este frente son inevitables", dijo el diplomático.
"En cambio, van a las empresas ya existentes con un peine de dientes finos. Es difícil de entender. Tal vez estén esperando el descubrimiento del petróleo en aguas profundas", agregó.
Otros planes de inversión siguen en el aire. Los proyectos para media docena de campos de golf no han registrado ningún progreso a pesar de las promesas del gobierno para firmar contratos después de años de negociaciones, tal como hacen las empresas que negocian proyectos con la industria azucarera desde el año 2006.
Planes de miles de millones de dólares para ampliar las refinerías y construir un complejo petroquímico en torno a una refinería en Cienfuegos, una provincia situada en el centro-sur de la isla, anunciados hace años, aún no se han concretado.
Por otro lado, en lo que tal vez es el emprendimiento conjunto más prometedor en las últimas décadas, la exploración petrolera en aguas profundas comenzó este año en serio con los socios extranjeros planeando por lo menos la perforación de tres pozos con una enorme plataforma de construcción china situada ahora a 32 kilómetros de la costa de la isla en el Golfo de México.