China prometió este viernes responder rápidamente si Estados Unidos daña sus intereses, horas antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desvele previsiblemente una revisión de aranceles contra bienes chinos por valor de US$50.000 millones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hará este viernes efectivas sus amenazas y anunciará la aplicación de aranceles a China por US$50.000 millones, informaron medios estadounidenses.
El presidente tomó la decisión en una reunión en la Casa Blanca con su secretario de Comercio, Wilbur Ross; su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; y su responsable de Comercio Exterior, Robert Lighthizer.
Según los medios que filtraron la noticia citando fuentes conocedoras de la decisión, la Casa Blanca podría anunciar este viernes (15.06.2018) los aranceles, que entrarían en vigor "en breve". Hasta ahora no estaba claro si Trump haría efectivos los aranceles este viernes o pospondría el anuncio hasta la semana próxima.
1.300 productos chinos serían gravados. Trump avanzó en marzo sus planes de imponer aranceles por US$50.000 millones por el déficit comercial de Washington respecto a Pekín, e inició así un periodo de confrontación comercial entre las dos mayores economías del mundo.
El Gobierno de Trump identificó entonces unos 1.300 productos chinos a los que planeaba gravar en una lista en la que incluyó aparatos de tecnología de punta de las industrias aeroespacial y robótica.
Estos aranceles se sumarían a los ya impuestos por Trump a nivel mundial a las importaciones de acero (25 %) y aluminio (10 %).
China no teme librar guerra comercial. China, por su parte, dijo que respondería a los gravámenes de Washington con aranceles del 25 % a un total de 106 productos importados de Estados Unidos, entre los que figuran la soja, automóviles y aviones, por valor de US$50.000 millones.
Pekín criticó con dureza ese anuncio y aseguró que no tiene miedo a librar una guerra comercial. Tiempo atrás, Washington y el gigante asiático habían mantenido varias conversaciones en las que la situación pareció destensarse.
Washington y Pekín parecían cada vez más abocados a una guerra comercial después de que fracasaran varias rondas de negociaciones para resolver las quejas de Estados Unidos por la política industrial china, el acceso al mercado y el déficit comercial de 375.000 millones de dólares.
“Si Estados Unidos toma medidas unilaterales y proteccionistas, dañando los intereses de China, reaccionaremos rápidamente y daremos los pasos necesarios para proteger decididamente nuestras legítimos derechos”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang, en una conferencia de prensa diaria.