Los importadores y comerciantes se preparan para un año que, se espera, encuentre a los hogares uruguayos más dispuestos al gasto, aunque lejos de la expansión previa a 2015
Montevideo. Cambiar la heladera o comprar un auto. Quizá destinar un poco más de dinero al surtido semanal del supermercado o visitar el shopping de manera más frecuente que el año pasado. Las decisiones de consumo que durante 2017 tomen los uruguayos –de la mano de cómo perciban la economía y su propio bolsillo– tienen expectantes a diferentes ejecutivos del sector, que ya proyectan cómo serán sus ventas a lo largo de este año.
Entre los empresarios prima la cautela, pero la mayoría coincide en que este año será mejor que el que acaba de dejarse atrás. Confían en que, a impulso de un tímido repunte en la economía, los uruguayos estarán un poco más gastadores que en los meses anteriores.
Conforme el susto del estancamiento económico y la amenaza de una recesión quedaron atrás en la segunda mitad del año pasado, los consumidores uruguayos fueron relajando sus preocupaciones y terminaron el 2016 en las puertas del optimismo.
Los indicadores de confianza del consumidor son concluyentes al respecto. El índice que releva mensualmente la Cátedra SURA de la Universidad Católica y Equipos Consultores se ubicó en 49,9 puntos en su última edición (correspondiente a noviembre). Los 50 puntos son los que separan el pesimismo del optimismo, con lo que queda claro que el humor económico de los uruguayos se encuentra en un nivel neutro.
Pero lo más promisorio es que la tendencia del indicador viene en subida. En mayo del año pasado, el índice puntuaba 40,7, su nivel más bajo desde que se comenzó a realizar la medición –agosto de 2007–, lo que muestra una lenta pero sostenida recuperación de la confianza de los consumidores uruguayos.
Los analistas esperan que ese cambio en la percepción de los consumidores sobre su realidad económica y la del país se traslade a decisiones concretas de gasto a lo largo del año.
La Encuesta de Expectativas Económicas de El Observador, realizada a fines de diciembre entre analistas privados, empresas consultoras, centros de investigación académica e instituciones financieras, estimaba un incremento de 0,5% del consumo a lo largo de 2016 –los datos oficiales estarán disponibles a mediados de marzo–. Para este año, las expectativas son de un crecimiento de 0,9%.
Pero si bien los números muestran un mejor escenario para el consumo, también reflejan que la cautela que se instaló a mediados de 2015 entre los uruguayos sigue operando, aunque de forma más atenuada. De concretarse los pronósticos de los analistas, por cuarto año consecutivo el consumo crecerá menos que la economía en su conjunto (1,2% esperado).
En la conformación del ánimo de los consumidores juegan varios elementos, como el tipo de cambio –cómo afectará la recién estrenada presidencia de Donald Trump al dólar es un factor de incertidumbre en este terreno–.
A nivel local, en tanto, qué impacto tendrán las subas del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS), así como el aumento de tarifas públicas, queda todavía por conocerse, puesto que ambos entraron a regir este mes de enero.
Otros factores –como la tasa de desempleo– vienen mostrando mejores números mes a mes. Los últimos datos disponibles marcan que en noviembre llegó a 7,7% y se mantuvo por debajo del nivel que había registrado en igual mes de 2015.
En la Cámara de Comercio (CNCS) no esperan que el consumo privado –después de unos años de estancamiento– repunte de forma "importante".
La economista de la gremial, Ana Laura Fernández, destacó que el sector está emergiendo de un periodo de fuerte desaceleración. Si bien no hubo una caída, se expandió a un ritmo inferior al del resto de la economía. Atrás quedó, indicó la experta, la época reciente en la que el comercio era uno de los principales motores de la economía uruguaya.
De todas maneras, destacó que, luego de un crecimiento nulo en 2015, durante el último año el sector corrió mejor suerte y se espera que los números finales confirmen la percepción de que lo peor ya quedó atrás.
Según los datos preliminares que maneja la gremial, el crecimiento se podría ubicar entre 0,8% y 1% en 2017 frente al último año.