Víctor Montiel, presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (Cavecol), informó que en las empresas están considerando utilizar otras aduanas.
Los empresarios con operaciones en Colombia y Venezuela empiezan a buscar opciones para que siga fluyendo el comercio entre ambas naciones, a pesar de que continúa cerrada la frontera en Ureña y San Antonio del Táchira.
Víctor Montiel, presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (Cavecol), informó que en las empresas están considerando utilizar otras aduanas, para redirigir las mercancías que originalmente entrarían o saldrían del país por el estado Táchira.
De este modo, el vocero cree que “es posible mantener un comercio sano y productivo”, así como evitar que se acentúe mucho más la caída de 38% que registró el intercambio binacional entre enero y julio con respecto a 2014.
“Hay algo que hacer notar y es que el cierre solo afecta una parte de la frontera, por lo que un producto competitivo que antes llegaba por Cúcuta ahora puede venir por la aduana de Paraguachón, en Maracaibo, por Puerto Cabello en barco o por vía aérea”, dijo Montiel.
Ya el presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, había confirmado que parte de la mercancía retenida en la aduana tachirense se estaba trasladando a la de La Guajira, en Zulia.
Alimentos procesados, medicinas y productos semiindustriales como piezas y partes son los principales rubros que se importan desde Colombia a través de Táchira para abastecer la zona central del país, según Montiel, quien también es economista.
De los US$1.350 millones que puede alcanzar el intercambio comercial con Colombia al cierre de 2015, el presidente de Cavecol calcula que alrededor de 60% se negocia a través de las aduanas de San Antonio y Ureña. otro 25% llega por la de Maracaibo y el resto se distribuye normalmente entre la marítima de Puerto Cabello, la aérea de Maiquetía, El Amparo en Apure y otras muy pequeñas ubicadas en el sur.
Por esta razón, el representante gremial aclaró que aunque Cavecol detectó que el comercio puede desviarse de frontera o ciudad, lo más recomendable sigue siendo abrir el paso por el puente internacional Simón Bolívar. Solo así se pueden evitar aumentos en los costos de logística y flete involucrados.
“Aunque el cierre de la frontera haya estado justificado en razones de seguridad, afecta a todo el mundo, por lo que unos pocos días debieran bastar para que los organismos de inteligencia del Estado controlen la situación”, acotó Montiel.
El presidente de Cavecol espera que el censo que están llevando a cabo las autoridades en la frontera, sirva para aclarar la situación del personal que actualmente no puede trasladarse a sus puestos de trabajo por estar residenciados en Colombia. Asimismo, aseguró que los afiliados a la cámara están trabajando con la gente que tienen a su disposición. “Si hay cinco empleados, con esos se trabaja. Si hay diez, se trabaja con diez, porque nadie quiere pararse”, dijo.
Sobre las amenazas del gobernador del Táchira, José Vielma Mora, de abrir a la fuerza y vender las mercancías de los comercios que estén cerrados, Montiel señaló que “sería un segundo Dakazo, por lo que no es la solución. Con diálogo, las autoridades pueden entender lo qué realmente está pasando”.
El empresario duda sobre la eficacia que el cierre fronterizo pueda tener para controlar el contrabando de extracción. Señala que “aún las fotos que se ven de San Antonio sigue mostrando personas haciendo colas para comprar productos de la cesta básica y aunque el suministro de gasolina podría mejorar un poco por un tiempo, a la larga quienes la comercializan ilegalmente buscarán otros caminos”.
Intercambio en picada
El comercio entre Venezuela y Colombia durante 2014 acumuló $2.153 millones, para una baja de 19% frente a los $2.673 millones correspondientes a 2013.
El año pasado, las importaciones de productos colombianos a nuestro país cayeron 23% hasta $1.737 millones. Abonos minerales o químicos; acumuladores eléctricos de plomo; medicamentos para uso humano; productos laminados planos de hierro o de acero sin alear; jabones, productos y preparaciones orgánicas tensoactivas de tocador; Polipropileno; Nonilfenol y sus isómeros, sales de estos productos; y medicamentos que contengan otros antibióticos fueron los principales rubros traídos del vecino país en 2014, según Cavecol.
Entre enero y julio de este año, el comercio ha movilizado $769 millones, con una caída de 38% versus 2014 ($1.235 millones).