El jefe negociador estadounidense, Dan Mullaney, dijo a la prensa que cerrar el acuerdo "necesitará de mucha creatividad y persistencia".
La quinta ronda de negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para alcanzar un acuerdo de libre comercio culminó en Washington con "importantes avances", aseguraron los representantes de ambas partes.
El jefe negociador estadounidense, Dan Mullaney, dijo a la prensa que cerrar el acuerdo "necesitará de mucha creatividad y persistencia", pero afirmó que "fue una semana muy buena" en la que "nuestros negociadores están realizando grandes avances".
Sin embargo, reconoce un estancamiento en aspectos como la regulación de los servicios financieros o el acceso de la carne estadounidense criada con hormonas al mercado europeo.
"Somos conscientes de que las posiciones en estas cuestiones no han cambiado", afirmó en la rueda de prensa celebrada a la conclusión de la semana de conversaciones, que en esta ocasión tuvieron lugar en Arlington (Virginia), a las afueras de Washington.
Entre los aspectos en los que las posturas se han acercado figuran el sector automotriz y el energético, así como los estándares de protección medioambiental, laboral y de desarrollo sostenible.
Un objetivo "muy ambicioso"
Por su parte, el español Ignacio García-Bercero, jefe del equipo europeo, subrayó que el objetivo global es "muy ambicioso", pero destacó que se lograron avances en las "intensas" discusiones mantenidas esta semana sobre los sectores energético y automotriz, la protección medioambiental y laboral o el desarrollo sostenible. La Asociación de Comercio Transatlántico e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo ampliar la relación comercial entre ambas partes al eliminar barreras regulatorias que obligan a las compañías a producir productos diferentes para los mercados estadounidense y europeo.
Está previsto que la próxima ronda de las negociaciones se lleve a cabo en julio, probablemente en Europa. Estados Unidos y la UE consideran que el acuerdo le permitirá ahorrar millones de dólares a las compañías de ambos lados y creará cientos de miles de puestos de trabajo. Se estima que el tratado ampliaría el Producto Interior Bruto de la UE en 120.000 millones de euros y el de Estados Unidos en 95.000 millones.
Puntos a resolver
Los principales aspectos en disputa son la regulación financiera, que Estados Unidos no quiere incluir en el acuerdo, y un mecanismo especial extrajudicial para resolver disputas entre los inversores y el Estado que ha sido rechazado por grupos de la sociedad civil europeos y el gobierno alemán. El español, dijo además que hubo "discusiones muy intensas" sobre la posibilidad de permitir que empresas de ambos lados del Atlántico presenten ofertas en licitaciones públicas, que hasta el momento están restringidas a oferentes locales.
García-Bercero manifestó que la UE "de ninguna manera" busca "debilitar las regulaciones de servicios financieros (...) o interferir con el trabajo que se está haciendo". Las autoridades financieras de Estados Unidos han presionado en varias ocasiones a las de la UE para que refuercen sus regulaciones bancarias, a raíz de los rescates a los que tuvo que recurrir el sector y que socavaron el crecimiento económico en Europa en los últimos años.
Un acuerdo entre Estados Unidos y la UE permitiría la creación del mayor mercado comercial del mundo, con 800 millones de consumidores y, sobre todo, el 50% del PIB del planeta. En un principio, se preveía contar con un primer borrador del acuerdo para finales de este año, pero ahora no se espera esta primera versión hasta finales de 2015.