En pleno debate sobre el acuerdo que la UE cerró, en principio, con el Mercosur, activistas y catedráticos brasileños llevaron hasta Bruselas sus dudas al respecto, sobre todo por la calidad de la democracia de su país.
En pleno debate acerca de los claroscuros de lograr la ratificación del acuerdo que firmaron los europeos y el gran bloque latinoamericano en el verano, las voces críticas se hacen escuchar en Bruselas.
"Creer que la Unión Europea va a lograr un acuerdo exitoso con alguien que no respeta principios es, si no inocente, una muestra de que no están entendiendo lo que está sucediendo en Brasil”, dijo a DW Natália Mori, directiva del Centro de Estudios y Asesorías Feministas.
En el seminario "Democracia en deconstrucción”, patrocinado por la Fundación Heinrich Böll y la Casa de América Latina, esta semana tocaron la campana de alarma activistas, periodistas, académicos y líderes de minorías brasileñas.
"Para que se entienda mejor lo que está ocurriendo deben compararlo con lo que sucede en Hungría”, explicó en entrevista con DW Tatiana Roque, directora del Foro de Ciencia y Cultura de la Universidad de Río de Janeiro.
"No es que nos estemos enfrentando a una dictadura tradicional, sino que es a un paulatino desmantelamiento de la instituciones democráticas. Por ejemplo, tanto en Hungría como en Brasil se intenta controlar el Poder Legislativo y disolver los contrapoderes. Se asemejan también en su ataque sistemático a los medios. Aparte de los ataques personales a periodistas a través de redes sociales, se intenta estrangular económicamente a diarios tradicionales como Folha de Sao Paulo, o se amenaza con quitar la concesión a O Globo”, agrega Roque.
El ascenso del autoritarismo depende de unos valores y una moralidad determinada, que sustentan esas prácticas antidemocráticas, aclara Natália Mori: "En el campo de la educación, en los valores, hay que seguir progresando en esa visión pro derechos humanos que fue un avance en el siglo XX", subraya.
"Para nosotros, el movimiento feminista, por ejemplo, está viviendo un tiempo de contrataque", continúa. "Si en el siglo XX las mujeres avanzaron, pudieron estudiar y terminaron siendo presidentas, el que una de las primeras medidas del Gobierno de Brasil haya sido acabar con todas las secretarías del Ministerio de Educación que tenían que ver con derechos humanos, género y minorías, fue una señal de alerta”, señala Mori.
Por otro lado, la directiva del Centro de Estudios y Asesorías Feministas resalta que "retirando dinero que se usaba para políticas públicas, se pretende un regreso de las mujeres a los hogares para cuidar de aquellos que no tienen asistencia estatal". Y agrega: "Estamos vivenciando un movimiento antiderechos. Pero, ¿querrán las mujeres volver a las cocinas y los LGTBI a los armarios?”, advirtiendo de la explosión social que late en su país.
Según Roque, catedrática de Matemáticas, la "desdemocratización” se nota también en la reducción paulatina de espacios para la investigación y la ciencia: "El despido del presidente de investigaciones espaciales por publicar datos sobre la deforestación amazónica es un buen ejemplo”, apunta.
¿Cómo se ve esto desde Bruselas? No es que no se sepa. No obstante, según fuentes europeas, es mejor estar cerca de este tipo de gobiernos, a través de acuerdos, para poder tener palancas de presión. El acuerdo de asociación con los países del Mercosur tendría espacios de diálogo político y de cooperación que permitirían poner temas espinosos sobre la mesa.
"Es verdad que en la UE disponemos de algunos instrumentos buenos”, responde al respecto a DW Ana Cavazzini, vicepresidenta de la delegación para la relaciones con los países del Mercosur. "No obstante, serán tigres sin dientes mientras no haya mecanismos sancionadores”, vaticina la eurodiputada alemana.
"Deben empezar a dudar inmediatamente de que estos gobiernos con tintes autoritarios vayan a respetar los hitos democráticos. El hecho de que Bolsonaro no haya salido del Acuerdo de París no significa que vaya a hacer algo para disminuir las emisiones”, concluye Mori.