El primer reporte que menciona al Timbre Cambiario como opción a las salvaguardias fue publicado en noviembre por Credit Suisse, entidad de servicios financieros que ha participado en la colocación de bonos del Estado.
Quito. El Gobierno trabaja en una alternativa que reemplace a las salvaguardias, sobretasas a la importación que serán eliminadas desde enero hasta junio del 2016, según el Ministerio de Comercio Exterior.
La opción sería el Timbre Cambiario, concepto creado por el exvicepresidente Alberto Dahik y que ya cuenta con una primera adaptación del presidente Rafael Correa.
El primer reporte que menciona al Timbre Cambiario como opción a las salvaguardias fue publicado en noviembre por Credit Suisse, entidad de servicios financieros que ha participado en la colocación de bonos del Estado.
El Timbre, según la versión de Dahik, consiste en una subasta en la que el objeto en disputa es un cupo en dólares para importar. El dinero recolectado en la subasta estaría dirigido a un fondo que beneficie al sector exportador.
Este planteamiento ha despertado la preocupación del sector privado. Credit Suisse apunta que “la principal preocupación es que la incertidumbre en los agentes económicos pueda generar pánico financiero”.
Agrega que “algunos contactos ven al Timbre como un sistema de cambio múltiple, mientras que otros lo ven como un sistema que puede usar para ganar liquidez”.
La entidad sí alza una advertencia. Para Credit Suisse, si la medida no se comunica adecuadamente o el sistema operacional no es lo suficientemente fuerte para evitar cualquier uso errado, este puede causar incertidumbre en los diferentes agentes económicos.
Después de que el presidente Correa diera datos sobre su visión del Timbre Cambiario, el pasado 14 de noviembre, Dahik respondió con preocupación sobre el tema.
Para Correa, el Timbre sería un documento que se entrega a los exportadores como estímulo por hacer sus ventas al extranjero (actualmente al sector se le entrega una devolución de impuestos en dólares).
A su vez, los exportadores podrían vender esos documentos a los importadores para que estos últimos paguen los aranceles de importación.
Ante las explicaciones del presidente, Dahik advierte que “si se incautan divisas del sector exportador, si se utiliza el mecanismo como un impuesto, si el Estado se mete en esto con intervencionismo dañino, generará malestar y el remedio será peor que la enfermedad”.
Correa, en cambio, ha expresado que el Timbre Cambiario tiene “el mismo efecto que la depreciación (de la moneda)” y con ese mecanismo se llegaría “al mejor de los mundos”, pues se tendrían “las ventajas de la dolarización, en cuanto a controlar la inflación, tener una moneda dura que nos permita endeudarnos a largo plazo, que permita la inversión extranjera y eliminamos su desventaja que es el sector externo”.
Para el sector privado, las dos versiones generan problemas. Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, dice que con el Timbre Cambiario “se encarecen artificialmente las importaciones”, es decir, “el dólar que es uno lo están convirtiendo en dólar para importar y dólar para exportar, y el dólar para importar es más caro”.
Agrega que al marcar estas diferencias el sistema toma un parecido al “cepo argentino” (hasta hace menos de un mes los argentinos tenían varios tipos de cambio según la transacción que quisieran hacer) o el Cadivi (Comisión de Administración de Divisas) venezolano, pues esa institución implementa varios tipos de cambio. (I)
