El presidente de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay, Roberto Eguía, cuestionó las nuevas trabas impuestas por Argentina a los productos de la región.
El presidente de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay, Roberto Eguía, cuestionó las nuevas trabas impuestas por Argentina a los productos de la región, aunque se mostró optimista respecto a que el sector logrará hacer frente a este impasse.
Consideró que las medidas del país vecino son prueba de que "Paraguay es víctima del Mercosur".
Pese a repudiar las trabas argentinas el titular del gremio de confeccionistas, intentó brindar tranquilidad a los trabajadores del sector y aseguró que hasta el momento no hay peligro de pérdida de empleos en el sector.
En conversación con la 780 AM, se refirió a las declaraciones realizadas horas antes por Ronald Estarsenhold, de la misma asociación.
Consideró que las autoridades paraguayas que viajan este jueves a Buenos Aires lograrán negociar con sus pares del vecino país para frenar el impacto sobre la industria local.
Además, explicó que a estas alturas hablar sobre cierre de fábricas aún sería especular, ya que la medida proteccionista recién entra en vigencia este miércoles y aún no hay efectos inmediatos.
"Hay que negociar para que no nos perjudique esta medida", manifestó el empresario.
Respecto al trato que recibe Paraguay en el Mercado Común del Sur (Mercosur), el confeccionista indicó que el país es víctima antes que miembro del bloque.
"No nos consideran. Nos dan una palmadita en la espalda cada vez que nos meten una medida", aseveró.
En tanto recordó que en ocasiones anteriores el país ya recibió la promesa de que las trabas no afectarán a las exportaciones, pero "siempre nos perjudican y no tenemos voz ni voto".
Pese a las medidas proteccionistas, los empresarios paraguayos siempre encuentran un camino para seguir trabajando, destacó el gremialista, agregando que "siendo ingeniosos, podemos seguir trabajando, pero no como se debería".
Las normativas que rigen desde este miércoles obligan a los importadores argentinos a declarar de una vez la cantidad de ciertos productos que deseen comprar del exterior. Únicamente de esta manera obtendrían un permiso para realizar las transacciones.
Las autoridades del vecino país intentan minimizar el impacto de esta medida.