Los fondos mutuos en depósitos, equivalente a dinero en efectivo para los inversores, aumentaron en US$33.500 millones, mientras que los fondos en acciones perdieron US$11.250 millones.
Nueva York. Los fondos accionarios sufrieron una salida de más de US$11.000 millones en la primera semana de julio, mientras que los fondos de valores más líquidos registraron su mayor incremento en 18 meses, en medio de temores a una doble recesión, dijo el viernes EPFR Global.
Los fondos mutuos en depósitos, el equivalente a dinero en efectivo para muchos inversores, aumentaron en US$33.500 millones, mientras que los fondos en acciones perdieron US$11.250 millones, según la firma de rastreo de inversiones EPFR.
Los fondos en bonos absorbieron US$3.640 millones en la semana que culminó el 7 de julio, mientras que los fondos en acciones de mercados emergentes recibieron US$517 millones.
Los inversores se han mostrado cada vez más preocupados sobre la fragilidad del crecimiento económico, tras una serie de datos decepcionantes.
La semana pasada, un informe mostró que el empleo cayó más de lo esperado en junio en Estados Unidos.
Por ello, los inversores temen que Estados Unidos caiga en una segunda recesión tras una breve recuperación.
El Banco Mundial dijo en junio que no se podía descartar una doble recesión en algunos países si los inversionistas perdían la fe en los esfuerzos de Europa y otras regiones para reducir sus abultados déficits.
"Los datos peores a lo esperado de los mercados laboral e inmobiliario, y el temor a los resultados de las pruebas de resistencia de los bancos europeos siguieron pesando en la confianza de los inversores en los mercados desarrollados y en los fondos que invierten en ellos", dijo EPFR.
Los fondos de acciones de mercados emergentes recibieron US$517 millones. Sin embargo, los fondos de Europa, Oriente Medio, Africa y América Latina registraron una caída, lo que sugiere que los inversores siguen siendo cautos.
América Latina anotó su decimotercera semana consecutiva de salidas de fondos, impulsada por el temor al impacto de una potencial desaceleración económica en Estados Unidos.