Los integrantes de la Alianza -Colombia, Chile, México y Perú- suman unos 215 millones de habitantes, un PIB de US$1,7 billones, lo que representa casi el 35% del de todo Latinoamérica, y un 55% de las exportaciones de la región al resto del mundo.
La Alianza del Pacífico, fundada en 2012 por Colombia, Chile, México y Perú, aspira a ser la locomotora de la economía latinoamericana y la puerta de entrada a Asia con una fórmula simple: integración total entre sus miembros, gran crecimiento económico, cero retórica y plena seguridad jurídica.
Con menos de un año de vida, pues oficialmente fue establecida el 6 de junio de 2012, la Alianza celebrará el próximo 23 de mayo en Cali (Colombia) una Cumbre en la que se acordará la liberalización del 90% del comercio interno y se fijarán plazos de desgravación para el 10% restante, según fuentes oficiales chilenas.
Además de este importante paso hacia la integración de los cuatro países, que en conjunto representan casi el 35% del PIB latinoamericano, la Cumbre de Cali permitirá ampliar los lazos con otros países y servirá de escenario para el traspaso de la Presidencia "pro tempore" de Chile a Colombia.
En Cali estarán representantes de los países observadores de la Alianza, que son Costa Rica, Panamá, Canadá, Guatemala, Uruguay, España, Australia, Nueva Zelanda y Japón, y a los que pueden sumarse pronto Paraguay, que ya hizo una solicitud formal, Portugal y República Dominicana, entre otros.
Panamá, Costa Rica y también Canadá aspiran a ser miembros plenos de este mecanismo de integración cuyos orígenes de remontan a 2011.
La iniciativa partió del entonces presidente de Perú, Alan García, quien invitó a sus colegas de Colombia, Juan Manuel Santos, Chile, Sebastián Piñera, y México, entonces Felipe Calderón.
El 28 de abril de 2011 los presidentes de los países fundadores firmaron en Lima una declaración que se considera el cimiento de la Alianza del Pacífico, en la cual se comprometieron a "avanzar progresivamente en el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas" entre las cuatro naciones.
Ya en la "Declaración de Lima" se estableció que el proceso de integración iba a estar abierto "a los países de la región que compartan la voluntad de alcanzar las metas de esta alianza".
Estar al frente del desarrollo de América Latina, ser el principal interlocutor económico de la región en el mundo y estrechar los vínculos con los países asiáticos son las aspiraciones fundamentales de los miembros de la Alianza, todos ellos unidos por acuerdos de libre comercio.
Los integrantes de la Alianza suman unos 215 millones de habitantes, un PIB de US$1,7 billones, lo que representa casi el 35% del de todo Latinoamérica, y un 55% de las exportaciones de la región al resto del mundo, según fuentes de los propios Estados miembros.
Según el Balance Económico Actualizado de América Latina y El Caribe de la CEPAL, los cuatro países miembros superaron la media de crecimiento regional en 2012 y más aun la global, algo que se repetirá en 2013.
En 2012 América Latina y el Caribe crecieron en conjunto un 3%, pero Perú creció un 6,2% (solo superado por Panamá); Chile, un 5,6%; Colombia, un 4%, y México, un 3,9%.
Para 2013, las proyecciones indican que la región crecerá un 3,5 %, pero la economía de Perú se expandirá un 6 %; la de Chile, un 5 %; la de Colombia, un 4,5%, y la de México, un 3,5 %."
Según el ministro peruano de Comercio Exterior y Turismo, José Luis Silva, el objetivo de los cuatro países es "tener una zona de libre comercio, similar a la de la Unión Europea", en donde "las personas y los capitales se van a poder mover libremente".
Varios analistas consideran que la creación de la Alianza fue un intento de contrarrestar la pujanza de Brasil y del Mercosur en la economía latinoamericana y de reintegrar a México en los foros latinoamericanos.
Hasta ahora, la Alianza ha centrado sus esfuerzos en profundizar al máximo la integración entre los países miembros, sin crear burocracia y buscando medidas que favorezcan a los ciudadanos de los cuatro países y permitan sacar el máximo partido a los recursos.
Entre otras medidas se han propuesto compartir embajadas, algo que ya está en marcha en países africanos.
Además de la liberalización comercial los negociadores de los cuatro países avanzan en el establecimiento de un mecanismo de acceso a mercados y de medidas sanitarias y fitosanitarias comunes, así como en la eliminación de los obstáculos técnicos al comercio.
Esperan, además, establecer una colaboración aduanera y lograr acuerdos para facilitar el intercambio de servicios financieros, de transporte, de telecomunicaciones y profesionales.
También se han propuesto avanzar hacia la libre movilidad de las inversiones, integrar las bolsas de los países miembros y llegar a un acuerdo para regular las compras públicas.
Ya están en marcha un fondo común de cooperación y un sistema de becas de estudios.
Además, el pasado 6 de mayo los presidentes de los Congresos de Colombia, Chile, México y Perú acordaron constituir una Comisión Interparlamentaria para desarrollar el marco legislativo que dé luz verde a los acuerdos comerciales y de libre circulación que surjan de este mecanismo.