Esa es la imagen de Argentina que Macri espera transmitir a los representantes de más de 1.900 empresas del sector público y privado de unos 65 países, que se reúnen esta semana en un Foro de Inversión y Negocios en Buenos Aires.
Argentina vive una “nueva etapa” de “sensatez”, de “reglas del juego claras” y de “mayor integración con el mundo”. Así lo asegura su presidente, Mauricio Macri, tras nueve meses de gestión. En una columna publicada por el diario Clarín este lunes, el mandatario insiste en que su gobierno marcha a toda vela hacia uno de sus principales objetivos: “avanzar hacia un país con pobreza cero”.
Esa es la imagen de Argentina que Macri espera transmitir a los representantes de más de 1.900 empresas del sector público y privado de unos 65 países, que se reúnen esta semana en un Foro de Inversión y Negocios en Buenos Aires.
El ejecutivo busca promover la inversión extranjera directa en la agroindustria, la biotecnología, energías tradicionales y renovables, turismo y servicios. Quiere “marcar el regreso del país a los mercados internacionales”.
Potenciales inversores. "En estos momentos, Argentina se presenta con una cara muy interesante, con reformas importantes y necesarias” a los ojos de los inversores internacionales, afirma a DW el director del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay, Jesko Hentschel.
Entre esas reformas, Hentschel menciona la unificación de la tasa de cambio, el arreglo con los holdouts (aquellos acreedores internacionales que no habían aceptado quitas de deuda), la flexibilización de las importaciones y la creación de un nuevo instituto estadístico encargado de rediseñar la medición de la inflación, la actividad económica y la pobreza.
[[wysiwyg_imageupload:7308:]]
Para los inversionistas, señala el funcionario del Banco Mundial en Argentina, es importante además que “estas reformas tienen lugar en una situación en la que la inflación está bajando”.
Su apreciación coincide con la del gobierno argentino y se basa en la evolución de la tasa mensual de inflación, “de menos del uno por ciento en agosto”, a la baja “desde 6% en mayo y 3% en julio”, precisa.
Alta inflación acumulada, crecimiento invertido. No obstante, la inflación acumulada sigue siendo “alta” y así se mantendrá este año, por encima del 40%. En ello coinciden consultoras privadas como la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), mientras el nuevo Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se abstiene de ofrecer datos interanuales, pues no confía en las estadísticas del kirchernismo y estuvo seis meses sin registrar datos de inflación.
Además, admite Hentschel, la economía argentina continúa contraída. Se prevé una caída de entre el 0,5 y el uno por ciento del crecimiento para 2016. Pero, matiza el experto, “gran parte de esto tiene que ver con las circunstancias globales”.
“Argentina, como uno de los exportadores más importantes de soja, carne, commodities (materias primas), está sufriendo por los bajos precios. Además, algunos de los mercados más importantes para Argentina, como Brasil, China y la Unión Europea tampoco tienen un crecimiento muy alto”, puntualiza.
Como sea, el Banco Mundial se muestra optimista sobre el futuro argentino: “Esperamos que en el año próximo la tasa de crecimiento de la actividad económica será mucho más alta, de hasta más del 3 por ciento”, indica el director de este organismo internacional para Argentina.
[[wysiwyg_imageupload:7309:]]
"Impacto sobre el bienestar". Por el momento, el crecimiento invertido tiene, por supuesto, un impacto sobre el mercado laboral: desde la asunción de Macri en diciembre pasado “desaparecieron alrededor de 100.000 empleos privados formales”, acepta Hentschel. Ahora mismo, según cifras oficiales y estudios privados, tres de cada diez argentinos son pobres.
Además, organismos críticos de la gestión de Macri en Argentina, como el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabirni Ortiz (CESO), alertan sobre el impacto que pueda tener el alza de las tarifas de servicios públicos “sobre la competitividad empresarial y el ya deteriorado consumo interno”.
En su informe económico mensual de agosto, el CESO considera que la estrategia del actual equipo económico para disminuir la inflación se orienta al “populismo financiero”, a “sostener el retraso cambiario mediante el endeudamiento externo y el ingreso especulativo de capitales, mientras se disciplina a los formadores de precios e, indirectamente a los trabajadores sindicalizados, mediante una apertura importadora”.
Pero, a ojos del Banco Mundial, el gobierno de Macri está en la senda correcta, saneando la economía y “aplicando numerosas medidas sociales para apoyar a la población: hay una expansión de la asignación universal por hijo, un aumento del beneficio de desempleo, una mayor evolución de los impuestos indirectos y un nuevo régimen de pensiones, que van a ayudar a salir de esta situación”, enumera Hentschel, al tiempo que advierte que, “obviamente, este año de transición tiene un impacto sobre el bienestar de la gente”.