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Las oportunidades que brindará el TLC entre Colombia y Panamá
Jue, 26/09/2013 - 11:20

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

El pasado 20 de septiembre, después de tres años y siete rondas de negociación, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz Granados, y su homólogo panameño, Ricardo Quijano, firmaron en la capital del vecino país el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Panamá.

Este TLC cuenta con un acuerdo de cooperación aduanera que permitirá a las partes mejorar el intercambio de información para prevenir, investigar y sancionar las operaciones que no sigan la legislación, logrando así una reducción del contrabando que ingresa a Colombia proveniente de Panamá.

Mediante la negociación de este tratado, Colombia busca fortalecer la relación comercial con un socio comercial muy importante, ya que se trata de un país limítrofe que tiene una economía que se complementa con la nuestra, puesto que Panamá es un país cuyas fortalezas están en la logística y los servicios, y por tanto, en el área manufacturera es un importador neto debido a su escaso desarrollo industrial.

En 2012 las exportaciones colombianas al vecino país ascendieron a más de  US$2.900 millones, representadas principalmente por aceites crudos de petróleo, libros, medicamentos, manufacturas, maquinaria, entre otros; mientras que las importaciones desde Panamá fueron de sólo US$72 millones, las cuales se componen principalmente por los siguientes productos aeronaves, automóviles de turismo, teléfonos (celulares), neumáticos, entre otros.

Lo anterior muestra que este acuerdo será muy beneficioso para Colombia, ya que contamos con una balanza comercial positiva con dicho país. Además, se puede decir que este país es uno de nuestros principales aliados comerciales, porque las exportaciones hacia éste son sólo superadas por las exportaciones a Estados Unidos (US$22.000 millones), Unión Europea (US$9.050 millones) y China (US$3.300 millones).

Otro de los factores importantes de este tratado es el crecimiento económico que ha presentado Panamá en los últimos años, el cual ha mostrado gran dinamismo logrando así su posicionamiento como un centro de negocios en la región. Este nuevo acuerdo comercial es de gran importancia puesto que traerá grandes oportunidades para la industria colombiana, no sólo brindando una mayor facilidad de ingreso al mercado panameño, si no que actuará como puerta de entrada a los mercados de países centroamericanos.

Asimismo, Colombia puede obtener grandes beneficios, ya que Panamá es un país que está invirtiendo mucho dinero en infraestructura, a través de proyectos como la ampliación del canal y el aeropuerto para la zona libre de Colón, lo que permitirá a los empresarios colombianos enviar su mercancía a la zona libre y de ahí distribuirla a otros países con mayor facilidad.

Para la región Pacífico es una magnífica oportunidad de llegar a un país vecino, con el mismo idioma, costumbres muy similares y una gran población colombiana que supera los 500.00 habitantes, lo cual facilitará el ingreso de productos colombianos a tan interesante mercadeo. Buenaventura debe ser la puerta lógica de ingreso de los productos de la región pacífica al mercado panameño; es la oportunidad para nuestros industriales de ofrecer los bienes manufacturados a un país donde no somos extraños y nos consideran abastecedores lógicos de sus deseos y necesidades.