Hace unos días Evo Morales anunció la decisión de migrar el comercio de exportación e importación de Chile hacia Perú. Ante esto, Daniel Sánchez anuncia las implicancias y repercusiones que tendría esta medida.
Qué duda cabe: las aguas políticas entre Chile y Bolivia están agitadas. El anuncio del presidente Evo Morales, de interponer una demanda ante la Corte de Justicia de La Haya contra Chile, para reclamar la reintegración de su salida al mar, según Bolivia perdida hace 134 años, fue el nuevo motivo para caldear los ánimos con un tema históricamente sensible entre ambas naciones.
En medio de ese barullo, el mandatario boliviano dio a conocer hace unos días una nueva decisión que podría tensar aún más las relaciones: migrar el comercio de exportación e importación de Chile hacia Perú.
La idea fue respaldada de inmediato por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB). Este martes, su presidente, Daniel Sánchez, en entrevista con AméricaEconomía.com, explicó su espaldarazo y las implicancias.
A juicio del representante del empresariado boliviano esta determinación se sustenta en la necesidad de diversificar, más que un tema político. Sin embargo, este ámbito no pudo quedar fuera de su relato.
-¿Qué los motivó a apoyar la decisión del presidente Evo Morales de reorientar el comercio de Chile a Perú?
-Originalmente ha habido una serie de quejas que se han recibido de parte de los operadores de comercio interior, tanto de los importadores como de los exportadores, y los transportistas bolivianos han manifestado su preocupación cuando se empezaron a manejar nuevas tarifas de faenas en el puerto de Arica y en el puerto de Iquique, lo cual retrasaba aún más las operaciones de comercio exterior y las encarecía. Adicionalmente, estamos enfrentando, creo, uno de los momentos en relaciones internacionales más difíciles entre los dos países, y creo que se ha hecho lo suficiente como para encontrar un diálogo que permita a dos vecinos encontrar una solución, no solamente política a los problemas que aquejan a los bolivianos, sino también económica, ya que el comercio exterior boliviano depende más del 60% de los puertos chilenos. El comercio, el exportador y el importador boliviano, no puede darse el lujo de depender únicamente de entradas a nuestro territorio de dos puertos, puesto que deberíamos tener alternativas adicionales.
-Si las relaciones políticas entre ambos países no están bien, apoyar esta iniciativa ¿contribuye al clima comercial y empresarial?
-La posición del presidente Evo Morales y del sector empresarial, desde hace muchos años, antes de este gobierno inclusive, fue buscar alternativas adicionales a las que ya se encuentran los puertos de Arica e Iquique. Eso ha sido siempre una esperanza que se ha tenido desde el comercio exterior, desde el punto de vista del sector empresarial, de las opotunidades de tener más puertos o salidas alternativas (…) El clima de negocios no va a mejorar o empeorar si es que el tono de conversación entre los dos gobiernos empeora o si es que existe una demanda de mi país hacia Chile, respecto a la revindicación marítima. Lo más preocupante, al margen de nosotros también estar involucrados en el tema, es que no debe perderse la perspectiva que regiones alejadas como Arica e Iquique tienen también un nivel de intercambio comercial gigantesco, que hace que también esas dos regiones tengan un movimiento económico interesante por tránsito de ida o retorno, que pasa por esas dos regiones e involucra a un montón de ciudadanos y empresarios chilenos también.
-¿Cuáles serían los costos de implementar esta alternativa?
-Son las reglas del mercado. Cuando existe mayor oferta los servicios mejoran y la calidad del servicio también, al igual que los precios y los servicios del proveedor. En este caso, hay bastante inclumplimiento a los tratados de comercio exterior. Por ejemplo, se incumple en el tránsito corrido con mercaderías que vienen destinadas a Bolivia y que en los últimos años las autoridades chilenas han desconocido y eso ha encarecido las actividades de importación y exportación de productos bolivianos. Creo que la relación buena que ha habido entre la anterior presidenta, con los anteriores mandatarios acá en Bolivia, no ha sido cultivada en esta última elección, y de pronto eso no ha ayudado a mejorar el clima de negocios que deberíamos tener entre países.
-¿No hay posibilidad de llevar ambos temas por separado, como lo está haciendo Perú con Chile ante el fallo que esperan de La Haya?
-En ningún caso he dicho que es un tema que esté ligado a la política, lo que sí hace mucho tiempo se han estado buscando alternativas y que no sólo este gobierno las ha ido trabajando, pues en muchos anteriores gobiernos se ha hablado de tener alternativas adicionales a las que se obtienen por los puertos chilenos.
-¿Justo ahora surgió esta propuesta? ¿No tiene relación con la demanda de salida al mar?
-Creo que ha tomado más fuerza por el mal momento por el cual está pasando la relación de nuestros dos países, pero no nos olvidemos que en el mismo Chile hay voces que piden que se llegue a una solución al tema de acceso al mar para Bolivia, y eso es algo que todos los bolivianos vamos a apoyar desde donde nos encontremos, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista ciudadano; vamos lógicamente a apoyar esa medida.
-¿Considera que no deberían cruzarse el tema comercial con el político?
-Deben mantenerse los carriles separados, pero va a depender mucho de la voluntad también que impriman nuestros negociadores al momento de tomar las decisiones.
OTRAS ALTERNATIVAS
-¿Cuáles son las medidas en las que se está trabajando?
-No habrá medidas paralelas mientras exista la posibiladad de seguir saliendo por Arica e Iquique. Adicionalmente, es hasta absurdo depender solamente de un porcentaje tan grande como el que dependemos de salir por esos dos puertos; hay que encontrar alternativas y esas alternativas hasta donde nos ha informado el gobierno se están construyendo y se están trabajando: puertos peruanos, la hidrovía; se están haciendo corredores bioceánicos para mejorar el tema carretero boliviano y ayudar al comercio exterior, dotar de mejores servicios carreteros.
-Una de las propuestas es fomentar el puerto de Ilo y de Matarani, pero eso requeriría una inversión de US$10.000 millones. ¿Cómo se podría financiar al corto plazo?
-Mecanismos de financiamiento van a existir siempre. Estamos hablando de dos puertos y también Perú se ha comprometido a través de su empresa Nacional Portuaria a hacer las inversiones que correspondan al Perú para mejorar los puertos. No nos olvidemos que en la globalización todos entran en competencia y Perú también tiene que serlo para atraer cargas bolivianas por esos puertos que no solamente van a traer beneficios a Lima, que está más lejos de los puertos igual que Santiago, sino también va a traer beneficios a Ilo y Matarani, que son ciudades mucho más cercanas a Bolivia en términos de distancia, al igual que Arica e Iquique, que de las propias capitales de esos dos países, así que es hasta favorable en el desarrollo regional de ambos lugares.
-De llevarse a cabo esta inciativa, ¿cuándo entraría en vigencia?
-Se tomará el tiempo que sea necesario. Sabemos que esto no es de la noche a la mañana, pero ya se han iniciado las conversaciones, se han visitados los puertos, se ha vuelto a ver el tema de los convenios firmados con Ilo; se ha renovado esa concesión de esa faja playera que se le ha concedido a Bolivia, y bueno, tendrá su tiempo de maduración. También ya cambiarán los gobiernos para tener una mejor negociación.
-¿Cree que con un cambio de gobierno en Chile esta medida podría quedar sin efecto o se podría replantear?
-No me puedo aventurar a hablar de la política interna chilena, porque sería una falta de respeto, pero lo que se percibe acá es que sí ayudaría a mejorar la relación.
-¿Independiente de si es de la oposición o no?
-Se ha escuchado rumores de que existiría una mejor disposición a tocar esos temas en un futuro gobierno.
-¿Con Michelle Bachelet?
-Se ha escuchado que en general.