Juan Castillo, coordinador de la central obrera, informó que se ordenó un estudio sobre el impacto a mediano plazo en trabajadores y empresas.
Las medidas que tomó Argentina para proteger a su industria –y que se notaron en la drástica caída de las exportaciones de febrero– ya están afectando a unos 500 trabajadores uruguayos, entre envíos al seguro de paro y supresión de turnos, y se estima que en 15 días, serán 1.000 los puestos comprometidos, según estimaciones del PIT-CNT.
Juan Castillo, coordinador de la central obrera, informó que se ordenó un estudio sobre el impacto a mediano plazo en trabajadores y empresas. Además, luego de abril, el problema laboral amenaza agudizarse cuando la administración de Cristina Fernández comience a exigir declaraciones anticipadas a la importación de servicios. Daniel Carriquiry, presidente de la Cámara de Zonas Francas, comentó que hasta 30% de las mercaderías que pasan por esos enclaves tiene como destino a Argentina e incluso hay clientes que ya están suprimiendo su actividad en los espacios francos.
Con ese panorama, el gobierno convocará a los empresarios de la Cámara de Industrias y la Unión de Exportadores, a representantes del PIT-CNT y al embajador en Buenos Aires, Guillermo Pomi, para analizar el posicionamiento del país ante las restricciones que impone Argentina. La reunión se coordina para dentro de una semana, informó a El Observador una fuente de cancillería.
El Poder Ejecutivo está decidido a mantener el diálogo para afrontar un escenario de proteccionismo que no tiene fecha de término. En su informe, Panorama Económico, la consultora Oikos sugirió ayer que el gobierno uruguayo debe negociar “la flexibilidad” de las medidas argentinas e incluso “la no aplicación para los productos nacionales”, así como lograr un mayor grado de libertad para acordar con terceros países.
El Observador consultó al canciller Luis Almagro sobre la posibilidad de solicitar una excepción a las restricciones. Respondió que “todavía no tiene instrucciones al respecto, aunque no se descarta ninguna acción”, afirmó.
Oikos previó que a las industrias afectadas les espera “un enlentecimiento” en la colocación de sus productos, lo que repercutirá en forma negativa en el nivel de actividad y empleo de esos sectores.
Además de negociar, el gobierno buscará explorar nuevos acuerdos con otros países. “Nosotros trabajamos los temas de diversificación de mercado en el día a día y procuramos generar mejores condiciones de acceso en todos los continentes”, dijo el canciller.
En el Ministerio de Industria, se entiende que el principal problema existe con los bienes exportables y no tanto con los servicios, donde Uruguay es muy competitivo y en muchos casos pueden orientarse a otros destinos.
Mientras tanto, el Banco Central del Uruguay inició contactos con su similar de Argentina para establecer un mecanismo que permita a los exportadores comercializar en las monedas locales. A nivel técnico no habría mayores problemas para la instrumentación y se depende de la “voluntad política”, según se informó a El Observador. La idea, impulsada por la Unión de Exportadores, puede implicar un riesgo cambiario que también analizan los Bancos Centrales.