Los europeos llegaron el viernes 17 a Buenos Aires para tomar parte desde este martes de la XXVII Reunión del Comité de Negociaciones Birregionales en el Palacio San Martín con una delegación de unos 50 funcionarios.
Argentina. El Mercosur y la Unión Europea retomarán el martes 21 las negociaciones para un acuerdo de asociación birregional con algunas cuestiones internas resueltas y que allanan el camino para un cierre este mismo año, según confían los negociadores de ambas partes.
Los europeos llegaron el viernes 17 a Buenos Aires para tomar parte desde este martes de la XXVII Reunión del Comité de Negociaciones Birregionales en el Palacio San Martín con una delegación de unos 50 funcionarios, encabezados por la checa Edita Hrdá, directora general para las Américas del servicio exterior europeo, y la italiana Sandra Gallina, directora de Comercio y Desarrollo Sustentable del área de negociaciones comerciales de la Comisión Europea (DG Trade).
Hrdá, quien fue durante cuatro años embajadora en Argentina de la República Checa, consideró el viernes durante un almuerzo con los embajadores europeos en Buenos Aires, que el pilar político del acuerdo, el más avanzado desde hace ya varios años, podría cerrarse en cuatro o cinco meses y no descartó la posibilidad de que la pata comercial de acceso a mercados pueda concluirse a fin de año, confiaron a Télam fuentes que asistieron al encuentro.
En tanto, Gallina tendrá el trabajo más arduo, ya que en el capítulo comercial y nudo del acuerdo persisten las sensibilidades y reticencias de ambas partes, principalmente en agro, propiedad intelectual y compra públicas.
Sin embargo, fuentes diplomáticas indicaron que la delegación desembarcó con un alto espíritu de que la voluntad política puesta de manifiesto en los últimos meses, en especial por la presidencia pro témpore argentina, conduzca a un cierre este mismo año.
Para esto también contribuirá el trabajo que los funcionarios de la Comisión Europea realizaron entre la sociedad civil y los empresarios para resquebrajar la oposición interna al acuerdo y enfocarlos hacia los beneficios del libre comercio con el Mercosur, según precisaron las fuentes.
En tanto, en el bloque sudamericano se vino construyendo en los últimos meses una posición común entre los cuatro socios fundadores para sentarse en la mesa de las negociaciones, proceso que culminó hace diez días con una reunión de cancilleres en la que se delineó una estrategia para encarar la ronda de esta semana.
Tras ese encuentro, en una conferencia de prensa la semana pasada, la canciller Susana Malcorra, quien se excusó de explicitar la estrategia acordada, adelantó que el equipo negociador del Mercosur será "también muy amplio" y que esperan "jornadas intensas que apuntan a ir lo más posible en el detalle de aquellos sectores en donde hay acuerdo para cerrar".
"Creemos que hay gran convicción de las dos partes de que este es el momento para hacer la negociación y tratar de cerrar el acuerdo lo antes posible, aunque somos conscientes de que terminar todos los detalles es poco probable", sostuvo.
Después de la ronda de esta semana, será el turno de los funcionarios técnicos para analizar la letra chica y despejar los obstáculos o corchetes, como se los llama en el lenguaje diplomático.
El trabajo técnico tendrá reuniones de seguimiento en Buenos Aires entre el 30 de mayo y el 2 de junio.
La anterior instancia de relevancia en la negociación, iniciada hace 17 años, fue en octubre del año pasado, cuando las partes concretaron el tercer intercambio de ofertas.
Desde entonces, Bruselas pide que el Mercosur acorte los plazos ofrecidos para la desgravación que conducirá al libre comercio birregional y que amplíe el universo arancelario a desmantelar.
El bloque sudamericano ofreció tiempos de transición hacia el libre comercio de hasta 15 años y la inclusión de 50% de las posiciones arancelarias a liberalizar en canastas de más de 10 años, de acuerdo con las fuentes.
Los europeos esperan, además, que los cuatros socios del Mercosur extiendan la lista de productos que están dispuestos a desgravar y acercarse al 90% del universo arancelario de la balanza comercial, la cobertura con la que se considera como un intercambio de libre comercio.