"¿Qué haría si un muro gigante de aranceles se erigiera frente a mí?", dijo el presidente ejecutivo de Allied Tool, Bill Jordan. "En lugar de tener las partes viajando a través de Estados Unidos hacia otro lugar, crearía una empresa mexicana para vender directamente a otras firmas internacionales".
Mexicali, México. Para la firma Allied Tool & Die Company, la amenazas de Donald Trump de mandar al traste los acuerdos comerciales e imponer elevados aranceles si se convierte en presidente de Estados Unidos podría significar la consolidación de México como su base exportadora para mercados extranjeros.
El proveedor aeroespacial con sede en Phoenix y un pequeño pero creciente número de firmas estadounidenses con plantas en los centros industriales mexicanos, como la ciudad fronteriza de Mexicali, aseguran podrían verse obligados aumentar su capacidad en el país, conocido por sus bajos costos, para vender bienes en el exterior si el candidato republicano llega a la Casa Blanca.
"¿Qué haría si un muro gigante de aranceles se erigiera frente a mí?", dijo el presidente ejecutivo de Allied Tool, Bill Jordan. "En lugar de tener las partes viajando a través de Estados Unidos hacia otro lugar, crearía una empresa mexicana para vender directamente a otras firmas internacionales".
Hasta ahora, las promesas de campaña de Trump -tales como la amenaza de imponer aranceles punitivos, descarrilar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) vigente desde 1994 y construir un muro entre México y Estados Unidos- han puesto en alerta a todo el mundo.
Por su parte, su rival demócrata Hillary Clinton ha dicho que de llegar a la presidencia revisaría algunos elementos del TLCAN, pero no ha mencionado aranceles.
La estrategia de Allied Tool y otras firmas con operaciones en México es una de las primeras señales de cómo las empresas se preparan para la posibilidad de que Trump sea presidente.
Atracción por México. Guiados por la idea de simplificar cadenas de suministro antes de que inicie una era de incertidumbre en el comercio transfronterizo, la expansión en México iría en línea con flujos de capital recientes en el Pacífico, que llegaron atraídos por la creciente ventaja de costos de México sobre China.
"La tendencia de considerar a México como un lugar para construir plataformas de exportación a otros países que no sean los Estados Unidos, eso se ha acelerado", dijo Emilio Cadena, presidente de Grupo Prodensa, una firma que se especializa en ayudar a empresas extranjeras a entrar en México.
Decenas de compañías estadounidenses que fabrican autos, electrónicos, electrodomésticos y otros sectores están contemplando un movimiento similar, muchos para exportar a otras partes de América, agregó Cadena, sin dar nombres.
Pocas ciudades mexicanas han atraído más capital de Estados Unidos que Mexicali, fundada hace más de un siglo por inmigrantes chinos y convertida ahora en un centro de plantas industriales que se extienden en el desierto circundante.
A lo largo de la ciudad, las multinacionales fabrican de todo, desde refrescos hasta chips de teléfonos inteligentes y partes de aviones de pasajeros.
Desde el año pasado, la mitad de las empresas estadounidenses que dominan las plantas de ensamblaje de Mexicali han venido aumentando su capacidad, dijo Francisco Fiorentini, vicepresidente ejecutivo del desarrollador de parques industriales PIMSA.
Mientras tanto, las consultas de multinacionales sobre México como lugar para hacer negocios aumentaron alrededor de un 20% hasta junio interanual, según Solomon Abudarham, líder de LATAM Global Data Quality del proveedor de información empresarial Dun & Bradstreet.
La cercanía de México a Estados Unidos ha sido beneficiosa para ambos países, dijo Jordan de Allied Tool.
Desde su expansión a Mexicali hace seis años, Allied Tool ha generado 13 empleos en México, y aún más en Phoenix, elevando su personal total 25%. En la actualidad emplea a 105 personas. "Nos ahorró tiempo para que pudiéramos hacer otras cosas en Phoenix," dijo.
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Bajos costos laborales. Una razón importante es el costo de la mano de obra.
Según un estudio hecho por PIMSA para una firma industrial estadounidense que opera en Baja California, el costo laboral total anual de un trabajador de una línea de montaje es de US$7.000. En California, este costo es de US$42.000.
Aún así, temerosos de que Trump llegue a la presidencia y conscientes de su exposición a Estados Unidos, algunas empresas estadounidenses están posponiendo inversiones para después de las elecciones, dijo Juan Manuel Hernández, director general de Loginam, una empresa de logística con sede en Tijuana.
Cerca de 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos y algunos componentes incluso pueden cruzar la frontera varias veces antes de que los productos estén terminados. Hernández estima que entre el 10 y el 15% de la producción de exportadores estadounidenses en México no va hacia el mercado estadounidense.
Otros están tomando a Trump y sus amenazas proteccionistas con una pizca de sal.
"Ya estamos acostumbrados a la demagogia política, pero en algún momento tiene que haber políticas específicas", dijo Ronald DeFeo, director general de Kennametal Inc, un fabricante de herramientas industriales de Pittsburgh con ventas por US$2.600 millones y clientes en 60 países.
Hasta entonces, "continuaremos operando de la manera que siempre operamos", dijo, agregando que los planes de Trump no podrían ponerse en práctica rápidamente.
Mayoría de empresas mantienen silencio. Ninguno de dos docenas de ejecutivos y funcionarios consultados por Reuters en México cree que el Congreso en Washington vaya a adoptar medidas que puedan golpear a la economía estadounidense si Trump gana.
"No creo que esto suceda. Si sucediera, yo creo que habría una mayor proliferación de capital norteamericano en México para poder solventar esa posible cuota compensatoria", dijo Luis Aguirre, vicepresidente de relaciones gubernamentales y logística de la firma electrónica Sanmina Corp.
Si Trump logra imponer estas medidas, sería "obvio" que Sanmina estudiará incrementar su capacidad en México para diversificar productos para otros mercados, explicó.
Con su propuesta de aranceles de hasta el 35% para productos mexicanos y del 45% para los chinos, Trump busca que firmas estadounidenses que invierten en México sean consideradas antipatrióticas.
Esto simplemente ha hecho que algunas firmas se mantengan en silencio acerca de México.
"Empresas norteamericanas están invirtiendo sin hacer anuncios porque están prudentes esperando los resultados de noviembre", dijo Guillermo Romero, secretario de Desarrollo Económico Sustentable del estado de Guanajuato.