Ambos gobiernos acordaron profundizar el acuerdo de cooperación económica denominado AC 53, y así ampliar el universo arancelario con preferencias, para incluir nuevas mercancías agrícolas e industriales.
En el marco de la primera visita a nuestro país de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se convino con la administración de Enrique Peña Nieto duplicar en un periodo máximo de 10 años el intercambio comercial, que actualmente es de US$9.200 millones.
Ambos gobiernos acordaron profundizar el acuerdo de cooperación económica denominado AC 53, y así ampliar el universo arancelario con preferencias, para incluir nuevas mercancías agrícolas e industriales.
Además se buscará aumentar los niveles de preferencia para mercancías que el acuerdo ya cubría, y se incluirán nuevos capítulos en materia de servicios, comercio electrónico y propiedad intelectual, entre otros, explicó el presidente Peña Nieto durante un mensaje conjunto en Palacio Nacional.
El Ejecutivo consideró que esta decisión permitirá a los dos países profundizar la relación comercial, y con ello ampliar y duplicar el nivel de comercio México-Brasil en menos de una década.
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También se estableció un acuerdo de cooperación y facilitación de inversiones, con el que se espera dar mayor certidumbre a las inversiones recíprocas.
“México reconoce también la voluntad y disposición del gobierno de la presidenta Rousseff para signar este acuerdo, que es el primero que celebra Brasil con un país de (...) América”, refirió el presidente mexicano. Con ello, Brasil suma dos acuerdos firmados de este tipo, dijo en su momento la propia mandataria brasileña.
Ambas administraciones impulsarán un acuerdo de cooperación aduanera para agilizar los intercambios comerciales a través de la precertificación de empresas; así como un acuerdo para el reconocimiento del tequila y la cachaza como productos distintivos de México y Brasil, que incluirá el reconocimiento a su denominación de origen.
Peña Nieto consideró que con estos acuerdos se moderniza el marco de cooperación y de relación México-Brasil.
En su turno, la presidenta Dilma Rousseff recordó que desde su primer encuentro con Peña como presidente electo a finales del 2012, coincidieron en que ambos países, las dos mayores economías y con mayor población de América Latina, no podían “estar de espaldas, el uno con el otro”.
Explicó que en el 2014 se alcanzó un comercio superior a los US$9.000 millones, que equivalen a un aumento de 100% comparado con el 2004. Dijo que actualmente Brasil es el octavo socio comercial de México, y éste es el décimo primer socio comercial de Brasil.
Indicó que el comercio está integrado por productos manufacturados e industrializados, que garantizan mayores ingresos y generación de empleos.
“Nuestros números dejan mucho a desear de nuestro potencial, del tamaño de nuestra economía, y de la fuerza de nuestros pueblos”, agregó la presidenta de Brasil, quien coincidió por ello que se puede duplicar el intercambio comercial en algunos años.
Recordó que en marzo pasado se concluyó el acuerdo automotriz para el comercio bilateral de vehículos y autopartes, así como la negociación de nuevas reglas que permitirán mayor dinamismo y equilibrio, añadió.
Detalló que las negociaciones que comiencen en julio próximo ampliarán el acuerdo que desde el 2002 reglamenta el comercio bilateral (el AC53) y que abarca unos 800 productos, monto que consideró es poco, porque se tiene en vista más de 6.000 productos que podrían incluir tal acuerdo.
Rousseff describió que se formalizaron en la visita de Estado a México diversos convenios en materia de turismo, medio ambiente, pesca, agricultura y servicios aéreos. Más tarde, durante una comida de honor en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, la mandataria consideró que se debe trabajar al máximo para acercar posiciones y evitar falsos antagonismos.
Pacto da certidumbre: Rousseff. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que como parte de los acuerdos firmados con México, se otorga certidumbre a los inversionistas en la resolución de controversias.
En la clausura del Encuentro Empresarial México-Brasil, la mandataria explicó que uno de los pilares del Acuerdo de Cooperación y Facilitación de Inversiones, que se firmó este martes, es la inclusión de mecanismos de mitigación de riesgos y contestación de controversias.
“Le garantiza al inversionista, por parte del gobierno brasileño y del mexicano, le da una voluntad política para (...) asegurar un ambiente amigable de negocios, protegiendo las inversiones, garantizando la estabilidad institucional de las reglas y también solucionando los conflictos”.
En compañía del presidente Enrique Peña y ante empresarios de ambas naciones en un hotel de la zona de Polanco, Rousseff dijo que su país apoyará a los empresarios ante los problemas que se lleguen a enfrentar.
Se pronunció por la creación de una figura como la del ombudsman para el trato de controversias o un consejo. Opinó que sería un camino para que el nuevo inversionista pueda trazar su sendero e inscribirse en la mejor propuesta. La presidenta destacó que el sector petrolero es uno que ofrece oportunidades para ambas naciones y aseguró que Pemex será “bienvenida” en Brasil. Recordó que la estatal mexicana y Petrobras tienen un acuerdo de cooperación científica y de entrenamiento, el cual fue firmado en el 2005. En este tenor, consideró que ambas empresas tienen aún muchos “horizontes por cruzar”.
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