Boris Johnson, que está en Washington para intentar que el presidente Donald Trump se mantenga en el acuerdo nuclear, se refirió a la alianza aduanera después del Brexit con señalamientos que profundizan las divisiones con la primera ministra Theresa May.
Londres. La propuesta de Reino Unido de una alianza aduanera con la Unión Europea después del Brexit es "una locura", dijo el ministro de británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, profundizando en las divisiones que afronta el Gobierno de la primera ministra Theresa May.
Johnson, que está en Washington para intentar que el presidente estadounidense Donald Trump se mantenga en el acuerdo nuclear de Irán, habló con el periódico Daily Mail para entrar en el cada vez más acalorado debate sobre los futuros planes aduaneros de Reino Unido.
Los partidarios del Brexit se han posicionado en contra de lo que algunos dicen es la opción preferida de May para la futura relación con la UE, respaldando otra propuesta que depende de la tecnología para hacer que las nuevas instalaciones aduaneras sean lo menos visibles posible.
Después de que el ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial Greg Clark defendiera de nuevo la alianza aduanera, que efectivamente lograría que Reino Unido cobrara aranceles para la UE, Johnson respondió diciendo que eso era "una locura de sistema".
"Es algo que nunca se ha probado y haría muy, muy difícil los acuerdos de libre comercio", dijo Johnson en una entrevista publicada este martes en el Daily Mail.
"Si tienes una nueva alianza aduanera, tienes una locura de sistema en el que acabas cobrando aranceles en nombre de la UE en la frontera con Reino Unido", sostuvo.
Dijo que "no estaba cediendo el control" de la política comercial de Reino Unido, sus leyes, fronteras o su dinero, reiternado su principal argumento que empleó antes del referéndum sobre la pertenencia a la UE en 2016.
La decisión de May de abandonar la unión aduanera de la UE, que establece aranceles en los bienes importados en el bloque, se ha convertido en uno de los principales focos de tensión en el debate del Brexit, enfrentando a empresas y partidarios de la UE contra un grupo de diputados euroescépticos.
La primera ministra tiene que ser cautelosa por los temores de que cualquier nueva infraestructura aduanera en la frontera entre Irlanda del Norte y el miembro de la UE Irlanda podría desencadenar de nuevo una violencia sectaria que no se ha visto en décadas.
Una reunión de una comisión del Brexit fracasó la semana pasada al no dar con la respuesta para los futuros planes aduaneros y los ministros dijeron que se tomarían su tiempo para asegurarse de conseguir la solución "adecuada".