Con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial pronosticado en 2,2% para 2016, este año registrará el más lento ritmo de crecimiento del comercio y la producción desde la crisis financiera de 2009.
Ginebra. El comercio mundial crecerá en 2016 menos de lo que se esperaba, apenas 1,7%, por debajo de los pronósticos de abril de 2,8%, según los más recientes cálculos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) publicados este miércoles.
Con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial pronosticado en 2,2% para 2016, este año registrará el más lento ritmo de crecimiento del comercio y la producción desde la crisis financiera de 2009.
La revisión a la baja se produce después de una aguda disminución del volumen de comercio de mercancías en el primer trimestre y de una menor recuperación que la anticipada en el segundo trimestre.
La contracción se debió a la desaceleración del crecimiento del PIB y del comercio en economías en desarrollo como China y Brasil, pero también en América del Norte, región que registró el más fuerte crecimiento de importaciones en 2014 y 2015, pero que se ha desacelerado desde entonces.
"La drástica desaceleración del crecimiento comercial es seria y debe servir como un llamado de atención. Es particularmente preocupante en el contexto del creciente sentimiento antiglobalización", dijo el director de la OMC, Roberto Azevedo.
La OMC pronosticó que el comercio podría recuperarse en el segundo semestre de 2016, aunque es probable que el ritmo de expansión se mantenga apagado.
El pronóstico para 2017 también fue revisado y ahora se espera que el crecimiento sea de entre 1,8% y 3,1%, por debajo del 3,6% antes calculado.
La OMC dijo que su panorama para el resto del año y el siguiente es afectado por mucha incertidumbre, incluyendo la volatilidad financiera a raíz de los cambios en la política monetaria de los países desarrollados, la posibilidad de que la creciente retórica anticomercial se vea reflejada en la política comercial y los potenciales efectos del Brexit que han incrementado la incertidumbre sobre los futuros acuerdos comerciales en Europa, una región donde el crecimiento del comercio ha sido relativamente fuerte.