Azevedo ha participado en gran parte de las conferencias ministeriales -máximo órgano de decisión- de la OMC desde el inicio de la Ronda de Doha.
Roberto Carvalho de Azevedo, que ha logrado el respaldo para convertirse en el nuevo director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), es un respetado diplomático, que conoce a la institución
A sus 55 años cuenta con una experiencia de más dos décadas en asuntos económicos y comerciales.
El mismo basó su campaña como candidato a dirigir la OMC en su profundo conocimiento de la organización, de sus mecanismos, potencialidades y, sobre todo, de los delicados equilibrios de poder en su interior.
Desde 2008 es el representante de Brasil ante el organismo con sede en Ginebra, función con la que se ha ganado la reputación de ser un negociador experimentado y fiable, así como un "creador de consenso".
El propio Azevedo ha dicho en varias ocasiones que el principal reto de quien asumiera la dirección de la organización -y que sería una de sus prioridades si resultaba elegido- será desbloquear las negociaciones de la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzadas en 2001 y estancadas desde mediados de 2008.
Azevedo ha participado en gran parte de las conferencias ministeriales -máximo órgano de decisión- de la OMC desde el inicio de la Ronda de Doha.
Durante sus casi cincuenta visitas a diversos países para reunir apoyos a su candidatura aseguró conocer a fondo los problemas de la institución y estar capacitado para contribuir a su solución.
Incluso su último oponente para dirigir la OMC, el mexicano Herminio Blanco, reconoció las cualidades de Azevedo como conocer del comercio y de la OMC.
Una de las propuesta del diplomático brasileño fue facilitar el acceso a la organización de los países que todavía no son miembros para que todas las regiones geográficas participen en el sistema multilateral de comercio internacional, especialmente los países árabes, la mitad de los cuales no pertenecen al organismo.
Sus detractores afirmaban que sus principales atractivos para ser elegido como director general eran su juventud y carisma, pero incidían en su falta de experiencia en los niveles más altos de la gestión pública.
Azevedo cuenta con una larga experiencia profesional a sus espaldas: se incorporó el servicio exterior de Brasil en 1984 y trabajó en las embajadas de su país en Washington y Montevideo.
Fue responsable adjunto para Asuntos Económicos en el Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1995 y 1997 y luego fue enviado a Ginebra, donde asumió diferentes responsabilidades en las misiones diplomáticas ante la sede europea de la ONU y otros organismos internacionales, incluida la OMC.
En 2001 participó en la creación de la Coordinación General de Contenciosos de la Itamaraty, como se conoce a la Cancillería brasileña, que dirigió durante cuatro años.
En ese puesto tuvo que lidiar con disputas comerciales, como la entablada por Brasil contra Estados Unidos por sus subsidios al algodón o contra la Unión Europea por las ayudas a la exportación de azúcar.
Esta casado con la embajadora de Brasil ante la ONU en Ginebra, María Farani Azevedo, tiene tres hijas y habla con fluidez los tres idiomas oficiales de la OMC: español, inglés y francés.
En una reciente entrevista con Efe, Azevedo destacó que "la situación requiere que el candidato que gane asuma las riendas inmediatamente. No va a tener tiempo de estudiar".
"Frente a la parálisis que vive la OMC, la única salida es hallar una solución desde dentro", destacó.
Roberto Carvalho de Azevedo tuvo un último y dinámico rival en ex ministro mexicano de Comercio Herminio Blanco, experto negociador y uno de los artífices de los más importantes tratados de libre comercio de su país.
Blanco, de 62 años y nacido en la ciudad norteña de Chihuahua, es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y doctor en Economía por la Universidad de Chicago.
De perfil técnico, ha sido una figura clave en los tratados comerciales que ha negociado México.