Automotrices y sus proveedores temen que las exigencias de EE.UU. provocarán el colapso del TLCAN. Ejecutivos adelantaron que los esfuerzos de cabildeo en nombre de la industria estaban comenzando a dar resultados.
Montreal. Ejecutivos de la industria automotriz, preocupados porque las demandas de Estados Unidos en las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) pueden poner patas arriba a un sector globalmente integrado, están esperanzados ahora en que una propuesta de Canadá pueda evitar un desastre.
Los ejecutivos, que hablaron con Reuters en un paréntesis de las negociaciones por el TLCAN, dijeron que los extenuantes esfuerzos de cabildeo en nombre de la industria estaban comenzando a permear en algunos miembros clave del Gobierno de Donald Trump.
Automotrices y sus proveedores temen que las exigencias de Estados Unidos provocarán el colapso del TLCAN, o volverán inútiles sus beneficios de aranceles cero. Cualquiera de esos resultados causará estragos en cadenas de suministros que involucran autopartes y vehículos que cruzan regularmente las fronteras de América del Norte.
Agrupaciones del sector han estimado que un regreso total a los niveles de aranceles de la Organización Mundial del Comercio costaría a la industria automotriz unos US$10.000 millones al año y provocaría la pérdida de hasta 50.000 puestos de trabajo.
El Gobierno de Trump, que culpa al TLCAN por la pérdida de empleos en Estados Unidos, quiere que el costo neto de un automóvil o camioneta que debe originarse en Estados Unidos, Canadá o México para evitar aranceles pase del 62,5% al 85%.
En un intento por mantener las negociaciones con vida, Canadá está sugiriendo ahora que el contenido norteamericano en autos debería ser calculado incluyendo también el valor de software, ingeniería y otros componentes de alto valor, que actualmente no se computan.
La propuesta recibió el apoyo del presidente ejecutivo de Fiat Chrysler Automobiles, Sergio Marchionne, que este jueves dijo que es un concepto "defendible" y "un paso en la dirección correcta".
Funcionarios canadienses dicen que sus homólogos estadounidenses han hecho una serie de preguntas acerca de cómo funcionaría el plan. Todavía no está claro cómo reaccionará al plan el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, cuando arribe este domingo a Montreal, donde se desarrollará la penúltima ronda de negociaciones para reformular el TLCAN.
"Creo que soy más optimista ahora de lo que fui por un tiempo, porque tenemos una oportunidad para tener un verdadero diálogo sobre cómo debería ser una regla de origen del TLCAN en el siglo XXI", dijo Ann Wilson, vicepresidenta de asuntos gubernamentales de la Motor and Equipment Manufacturers Association.
El sector teme que si las exigencias de contenido norteamericano se fijan muy altas, las automotrices renunciarán al arancel cero y pagarán aranceles estadounidenses bajos del 2,5% en autos y automóviles producidos fuera de la región.
El resultado podría ser menos producción automotriz en Estados Unidos, no más, dicen fuentes del sector.
"Estamos muy agradecidos de que los canadienses presenten nuevas ideas. Es una señal positiva y, con suerte, un cambio en las conversaciones", dijo Jennifer Thomas, vicepresidenta de asuntos gubernamentales federales de la Alliance of Automobile Manufacturers.