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Según informe internacional, el miedo al fracaso entre los emprendedores chilenos cae en un 26%
Jueves, Agosto 17, 2017 - 16:15

Según el reporte de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), las emprendedoras que perciben el miedo al fracaso como un obstáculo cayeron seis puntos porcentuales, hasta llegar a 28%. Mientras, entre los hombres, la cifra se elevó a 25%.

Cuando la economía de un país está en un periodo de estancamiento, podría decirse que el atreverse a poner nuevos negocios, es una actividad de muy alto riesgo. Lo contrario se podría inferir de la situación chilena, donde, de acuerdo a datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el temor a emprender viene en franca disminución, justo en momentos en los que el país crece a un ritmo menor.

"El miedo al fracaso está asociado a cuánto se está perdiendo o qué es lo que estoy sacrificando al tomar la decisión de emprender, lo cual refleja el dinamismo de la economía. Vemos en los datos que mientras menos dinámica está la economía, disminuye el miedo al fracaso; esto puede deberse a que hay "menos que perder" en ese contexto", explicó en la declaración una vez salido el reporte,  Vesna Mandakovic, directora académica de GEM Chile, de la Universidad del Desarrollo (UDD).

Dejando atrás interpretaciones positivas o negativas, lo indudable es que la tasa de población adulta que distingue el miedo al fracaso como un obstáculo en Chile llega al 26% y es una de las más bajas del mundo. Asimismo, las que están liderando la caída en el temor son las mujeres, quienes están cambiando su tradicional "mayor aversión al fracaso" respecto de los hombres. Así, en las cifras, durante el 2014 la tasa de mujeres que afirmaban tener miedo al fracaso a la hora de emprender llegaba a 34%, en la última medición del año 2016 cayó a 28%, mientras que en los hombres, dicha cifra subió, levemente, de 24% a 25%.

Condiciones para tomar el riesgo

Existen tres condiciones, que se presentan sub-divididas, para representar mejor la realidad del

ecosistema chileno que ha permitido esta caída en el miedo a realizar un emprendimiento financiero. Es así como la primera condición, políticas públicas, es desagregada en política pública en general y en regulación. La segunda condición contempla la dimensión de educación, que asu vez está subdividida en primaria; secundaria; y post-secundaria.

Finalmente, respecto al mercado interno –considerado como tercera condición- se establece una diferencia entre dinamismo y apertura del mercado interno. En promedio,  Chile posee la mejor dimensión entre los países de la OECD en cuanto a su facilidad en el acceso a infraestructura física que se tiene para los emprendedores. Esta dimensión históricamente ha estado altamente correlacionada con el nivel de desarrollo de los países.

Chile sigue la misma tendencia respecto de estas dos dimensiones: la mejor evaluada es la infraestructura física y la peor evaluada es la educación primaria y secundaria para el emprendimiento. Las diferencias, al comparar a Chile con el resto de los países de la OECD radican, principalmente, en el apoyo al financiamiento de la actividad emprendedora y en el dinamismo del mercado interno, donde Chile tiene una peor evaluación de los expertos nacionales que el promedio de los países de la OECD.

Esta situación sigue siendo la misma que la que se observó durante el 2015. Los dos mejores indicadores que evalúan los expertos chilenos en relación al resto de los países de la OECD, son las políticas públicas ligadas a la regulación que incentiva la creación de nuevos negocios y los programas de gobierno que potencian la actividad emprendedora.

Es así como Chile ocupa la posición 10 entre los 66 países en infraestructura física y la posición 15 de 66 en políticas públicas, particularmente en cuanto a la regulación que favorece el emprendimiento.

Autores

AméricaEconomía.com