Crece empleo con baja paga y se reducen plazas con altos sueldos; iniciar un negocio propio e informal es la salida para muchas familias: analistas
Ciudad de México. Según el más reciente estudio sobre la confianza del consumidor, elaborado por Nielsen, especializada en investigación de mercados, 82% de la población percibe un escenario de recesión económica.
Datos del Inegi indican que los mexicanos con salarios de hasta seis mil 200 pesos mensuales ascendían a 31 millones 214 mil personas en el cuarto trimestre de 2015; para el segundo trimestre de 2016 llegó a 32 millones 418 mil (un millón 204 mil personas más).
En contraste, quienes tienen sueldo mayor a seis mil 200 pesos se redujeron poco más de un millón de personas.
Ello da cuenta de que se genera empleo, pero con menos salario. Ante ello, el ingenio de los mexicanos es la tabla de salvación.
“La economía informal ha sido un salvavidas para millones de mexicanos, porque les permite generar ingresos para sobrevivir y sostener a sus familias”, afirma el investigador Carlos Antonio Aguirre Rojas.
Es el caso de la familia Ochoa, quien acondiciona su coche para vender tacos de guisado en la colonia Anáhuac de la Ciudad de México.
Cada vez son menos los mexicanos con esperanza de hallar un nuevo empleo o se atreven a invertir en bienes. De acuerdo con el más reciente estudio sobre la confianza del consumidor, elaborado por Nielsen, compañía especializada en investigación de mercados, 82% de la población del país percibe un escenario de recesión económica del que no se podrá salir en los próximos 12 meses.
Algunos hechos respaldan el pesimismo. En agosto pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmó que el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre del año retrocedió 0.2% real respecto del trimestre anterior. Este comportamiento económico explica el freno en la generación de empleos formales. Sólo en junio, el sector productivo nacional generó 68 mil 269 puestos de trabajo, cantidad menor a la reportada el mismo mes de 2015, cuando llegó a 78 mil 435, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
"Las contrataciones han avanzado lentamente debido a que las empresas no han tenido la certidumbre de que la demanda de sus productos y servicios se mantendrá constante todo el año, por lo que evitan incrementar costos fijos, como la plantilla laboral”, explicó Mónica Flores, de ManpowerGroup Latinoamérica, consultoría especializada en capital humano.
La especialista considera que la falta de confianza de los inversionistas en la capacidad de consumo de los mexicanos incidió en que en el primer semestre del año se incrementaran las posiciones laborales con compensaciones económicas de hasta tres salarios mínimos y se redujeran aquellas cuyos salarios superaban esa cantidad.
La más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el Inegi indica que el número de mexicanos con salario de seis mil 200 pesos mensuales o menos ascendía a 31 millones 214 mil en el cuarto trimestre de 2015, la que para el segundo trimestre de 2016 llegó a 32 millones 418 mil, lo que representa un incremento de un millón 204 mil personas.
En contraste, la cantidad de mexicanos que ganan más de seis mil 200 pesos se redujo más de un millón 235 mil, al pasar de 10 millones 687 mil en diciembre de 2015 a nueve millones 452 mil en junio de 2016.
José Luis de la Cruz, director académico del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDICE), consideró que aunque en términos netos se generan empleos en el país, éstos son en niveles de salarios más bajos, lo que impide el crecimiento económico, pues se limita el consumo interno.
La situación se ha agravado porque los mexicanos no vislumbran una mejoría en su poder de consumo debido a que el incremento al salario mínimo, prometido para la mitad de año, tendrá que esperar al no existir condiciones para aumentarlo, según Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo, dado que el precio del dólar detonó los costos de producción, el aumento de la tasa de referencia incrementó el costo del financiamiento para las empresas, y el ajuste al alza de las tarifas energéticas trastocó a las unidades económicas del país.