La visita del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker a Washington está rodeada de gran expectación tras el cruce de acusaciones y la imposición de aranceles por parte de Trump a las importaciones de acero y aluminio europeos.
Washington. El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles que su país y la Unión Europea iniciaron conversaciones para reducir las barreras comerciales dentro de los intentos por evitar una guerra arancelaria.
"Este fue un gran día para el comercio libre y justo, un día realmente grande", afirmó Trump a periodistas en la Casa Blanca después de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
"Estamos comenzando la negociación ahora, pero sabemos muy bien hacia dónde van", añadió.
En declaraciones con Juncker a su lado, Trump aseguró que acordaron en su conversación "trabajar juntos hacia cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices".
"También trabajaremos para reducir las barreras y aumentar el comercio en servicios, productos químicos, productos farmacéuticos, productos médicos, así como la soja. La soja es un gran negocio", precisó.
Asimismo detalló que Europa también aumentaría las compras de gas natural licuado de Estados Unidos. "Van a ser un comprador masivo de GNL", dijo Trump.
El mandatario republicano adelantó que las conversaciones "resolverían" tanto los elevados aranceles que Estados Unidos había impuesto a las importaciones de acero y aluminio de la UE, así como los aranceles que Europa había colocado a los productos estadounidenses en represalia.
No quedó claro si ambas partes progresaron en el tema polémico de los posibles aranceles estadounidenses a las importaciones de automóviles procedentes de Europa.
Pero Juncker dijo que habían acordado no imponer nuevos aranceles mientras se desarrollan las conversaciones. "Esta fue una reunión buena y constructiva", enfatizó.
Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a las importaciones de automóviles, una medida que golpearía duramente a automotrices europeas como BMW y Volkswagen, así como a las fabricantes de Japón y Corea del Sur.
Tanto Trump como Juncker habían expresado más temprano su deseo de bajar aranceles y aliviar las tensiones comerciales transatlánticas.
Juncker había destacado que la UE y Estados Unidos, que representan la mitad del comercio mundial, "son socios cercanos, aliados y no enemigos. Tenemos que trabajar juntos".