El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, firmó el tratado junto a los jefes de entidades de la Unión Europea, que debería allanar el camino para que entre parcialmente en vigor a comienzos de 2017 con la remoción de la mayoría de los aranceles a las importaciones.
Bruselas. La Unión Europea y Canadá firmaron el domingo un acuerdo de libre comercio diseñado para impulsar el crecimiento y el empleo, aunque aún debe ser aprobado por unos 40 parlamentos regionales y nacionales en Europa en los próximos años para entrar completamente en vigor.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, firmó el tratado junto a los jefes de entidades de la Unión Europea, que debería allanar el camino para que entre parcialmente en vigor a comienzos de 2017 con la remoción de la mayoría de los aranceles a las importaciones.
La aprobación del Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA, por su sigla en inglés) no ha sido fácil.
Los francoparlantes del sur de Bélgica, una minoría dentro de su país y que responden por menos de un 1 por ciento de los 508 millones de consumidores de la Unión Europea que probablemente serán afectados por el CETA, manifestaron objeciones que paralizaron el acuerdo hasta un desbloqueo el jueves, confirmado por votos de parlamentos regionales el viernes.
"Tenemos 20 negociaciones en curso y hoy estamos fijando los estándares globales que la Unión Europea y la Comisión Europea quieren que acepten otros", comentó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
El acuerdo con Canadá es considerado como un trampolín para un pacto mayor de la Unión Europea con Estados Unidos, conocido como la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI), que ha sido criticada por sindicatos, grupos ambientalistas y otros.
La comisionada de Comercio de la Unión Europea, Cecilia Malmström, dijo que las negociaciones para la ATCI no estaban muertas, al contrario de lo que han dicho algunos políticos en Alemania y Francia, pero que se reanudarían sólo después de que el próximo presidente de Estados Unidos asuma su mandato en enero.
Los partidarios aseguran que el CETA aumentará el comercio entre Canadá y la Unión Europea en un 20 por ciento y que impulsará a la economía del bloque en 12.000 millones de euros (13.000 millones de dólares) al año y a la de Canadá en 12.000 millones de dólares canadienses (9.000 millones de dólares).
Para Canadá, el acuerdo es importante para reducir su dependencia en su vecino Estados Unidos como mercado para sus exportaciones.
Para la Unión Europea, es el primer pacto comercial con un país del G-7 y un éxito arrebatado de una derrota casi segura en momentos en que la credibilidad del bloque ha sido golpeada por la votación en Gran Bretaña en junio de abandonar la Unión Europea tras 43 años de membresía.