El país suramericano contabilizó más de 360 mil envíos el año pasado, una cifra que representa el 19,2% más que la registrada en 2016, según un informe elaborado por la Cámara Nacional de Comercio y Servicios.
El Observador de Uruguay. Las compras en el exterior a través de internet cerraron en 2017 un año récord con más de 360 mil envíos. Esta modalidad ha pasado a ocupar un lugar cada vez más importante entre los consumidores uruguayos que el año pasado desembolsaron US$37,1 millones para adquirir diferentes artículos que llegaron al país libres de impuestos, un monto 19,2% mayor a la de 2016.
El régimen de franquicias que está vigente hace seis años comprende dos modalidades de compra a través de internet, que se diferencian en el valor comercial permitido en cada caso. Los envíos por correo expreso no pueden superar los US$200 por factura, mientras que los de correo no expreso tienen un límite de US$50 (suelen ser provenientes de China).
Un informe elaborado por la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, en base a datos proporcionados por la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), da cuenta que en todo 2017 ingresaron al país bajo ambas modalidades de compra un total de 366.399 encomiendas postales, lo que marca un crecimiento de 10,1% en la comparación interanual.
Envíos expresos. La mercadería transportada por correo expreso creció tanto en cantidad (17%), como en monto (20,4%) y dominó ampliamente la preferencia de los consumidores. Estos paquetes fueron 271.641 con productos por un valor de US$35 millones.
Para este tipo de envíos el valor promedio de cada compra fue de US$129, levemente por encima de los US$125 que fue la media en 2016. El informe destaca que dado que el valor máximo establecido de cada compra es de US$200, aún hay margen para que los gastos bajo esta modalidad sigan creciendo, inclusive sin necesidad de ampliar la cantidad de usuarios.
Envíos no expresos. Los envíos no expresos sumaron 94.758 operaciones por un total US$2,1 millones. Hubo una caída de 5,7% en las operaciones y un crecimiento marginal de 1,2 % en dólares corrientes.
Nuevamente se constató la particularidad de que el monto promedio de los envíos fue considerablemente inferior al tope permitido. Cada compra que ingresó al país tuvo un valor promedio de US$ 22, es decir, menos de la mitad del límite establecido, destaca el informe al que accedió El Observador.
Modalidad consolidada. Los consumidores siguen apelando a la modalidad de compra en el exterior para adquirir vestimenta, artículos electrónicos y juguetes, entre otros. Antes de 2012 no había regulación para compras web en el exterior y desde ese año se permitieron cinco encomiendas anuales.
En enero de 2015, se dispuso que las operaciones debieran ser realizadas por mayores de edad. Además, se estableció que el pago del artículo adquirido se tendría que realizar con una tarjeta de crédito o débito internacional, cuya titularidad coincidiera con la persona que efectuó la compra.
En enero de 2016, se bajó la cantidad de transacciones al año, pasando de cinco a cuatro. A partir de enero de 2017 el cupo volvió a ser reducido, esta vez a tres.
Régimen simplificado. Otro mecanismo que existe para realizar compras en el exterior es el régimen simplificado, bajo el cual la persona debe pagar impuestos. A diferencia de las franquicias, en este caso se tiene que abonar tributos correspondientes al 60% del valor de la factura comercial y la mercadería ingresada puede tener o no fines comerciales. Si bien el monto límite por envío es de US$200, la cantidad de ingresos al año es ilimitada.
Esta modalidad fue la que más creció en cantidad de operaciones en 2017 (18,7%), con más de 76.000 paquetes registrados. También ocurrió lo mismo si se lo mide en dinero con operaciones por US$2,5 millones, un 22,5% más que en 2016.
El monto de dinero es considerablemente menor a lo que movió la modalidad expresa, pero superior en US$0,5 millones a los envíos no expresos.
En ese sentido, la gremial del comercio consideró importante que se siga de cerca el comportamiento de la mercadería que ingresa bajo este régimen, ya que si bien implica el pago de un determinado monto en términos de tributos, estos productos pueden ser comercializados en el mercado interno recibiendo un "trato preferencial", respecto a los productos que se importan de manera convencional.
"Un mal uso de este régimen sin los controles adecuados por parte de las autoridades en relación al valor correcto, así como del tipo de mercadería que ingresa puede transformarse en una fuente de competencia desleal para las empresas formalmente establecidas", dice el informe.
Según la gremial empresarial, al igual que ocurre en el régimen de franquicias sin el pago de tributos, una medida a analizar sería establecer un límite de ingresos por año por persona y no dejarlo sin límite de veces, como sucede actualmente.