La presidenta electa de Brasil, que se encuentra en la cumbre de las 20 principales economías en Corea del Sur, junto a Lula, reiteró sus preocupaciones sobre el real valorizado, pero no entregó detalles respecto a qué medidas adicionales podría adoptar durante su mandato.
Sao Paulo. La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, considera que la fuerte apreciación del real es mala para la economía del país y planea tomar medidas para lidiar con el problema, informó este viernes el periódico O Estado de S.Paulo.
La moneda brasileña, el real, se ha fortalecido casi un 4% desde fines de julio y está cotizando cerca de su nivel máximo en dos años, haciendo a las exportaciones brasileñas menos competitivas en los mercados globales.
Goldman Sachs recientemente calificó al real como la moneda más sobrevalorada del mundo, alimentando aún más un ya intenso debate en Brasil respecto a cómo impedir que se fortalezca aún más.
El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ya ha tomado un puñado de medidas que apuntan a contener al real, incluyendo aumentos de impuestos sobre compras de bonos brasileños por parte de extranjeros, que pretende reducir el flujo de dólares que entra al país.
Rousseff, que se encuentra en la cumbre de las 20 principales economías en Corea del Sur junto a Lula, reiteró sus preocupaciones sobre el real valorizado, pero no entregó detalles respecto a qué medidas adicionales podría adoptar durante su mandato.
"Esto no es bueno para Brasil", dijo Rousseff en una entrevista con Estado en Seúl.
"Tendremos que ver cuidadosamente, tomar todas las medidas posibles", agregó.
Además del incremento de los impuestos sobre compras de bonos locales por parte de extranjeros, Brasil también aumentó su compra de dólares en el mercado de cambios a la vista en un intento por desacelerar la apreciación del real.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo en septiembre que el mundo está enfrentando una "guerra cambiaria global" debido a que los países intentan debilitar sus monedas para reactivar sus economías a través de exportaciones más baratas.
Rousseff, quien aún no ha nombrado a su Gabinete, comenzará su mandato el 1 de enero.