"Se podría pensar y a veces se lee incluso que Europa está en caos, que se desintegra, que el euro está a punto de desaparecer. Eso es equivocado", dijo en un discurso en Singapur Klaus Regling, jefe del mecanismo temporal de rescate de la UE.
Madrid/Roma. Los temores globales sobre la crisis de deuda que sacude a la zona euro se exacerbaron este miércoles, forzando a Washington a enviar a un alto funcionario del Tesoro a Europa y llevando a autoridades del G-20 a discutir el asunto en una conferencia telefónica.
Un día después de que los inversionistas impulsaran las primas de riesgo de los bonos soberanos de Italia y España a máximos récord, los diferenciales de rendimiento de la deuda de los países de la periferia europea cedían terreno, pero se mantenían en niveles muy elevados.
El euro, en tanto, operaba estable, ante la especulación de que el Banco Central Europeo pueda revelar nuevas medidas contra la crisis tras su encuentro del jueves.
Pero la calma temporal en los mercados no logró aplacar los temores a un contagio en el bloque de 16 países.
Un rescate financiero para Irlanda por 85.000 millones de euros (US$110.700 millones) de la UE y el FMI acordado la semana pasada y las declaraciones públicas de políticos y representantes de bancos centrales europeos han sido ignoradas por los inversores, que han puesto su mira en Portugal, España e Italia.
"Se podría pensar y a veces se lee incluso que Europa está en caos, que se desintegra, que el euro está a punto de desaparecer. Eso es equivocado", dijo en un discurso en Singapur Klaus Regling, jefe del mecanismo temporal de rescate de la UE.
Reflejando los temores globales sobre la crisis de la zona euro, el Tesoro estadounidense anunció el martes que esta semana enviará a Europa al subsecretario de Asuntos Internacionales Lael Brainard para discutir los problemas del bloque con las autoridades de la región.
Brainard visitará Madrid, Berlín y París para discutir "los sucesos económicos en Europa", y la "agenda compartida sobre un crecimiento fuerte y sostenible", dijo el Tesoro en un comunicado.
Fuentes del G-20 dijeron a Reuters que viceministros de Finanzas del grupo de economías líderes habían discutido la situación financiera el lunes en Europa mediante una conferencia telefónica.
Riesgo global. El economista jefe de Citigroup Willem Buiter advirtió en un artículo esta semana que los problemas de la zona euro podrían ser "el acto inicial" de una crisis en la deuda soberana que pronto podría contagiar a Estados Unidos y Japón.
Los planes de la UE para hacer que los inversores privados compartan parte de las pérdidas de cualquier reestructuración en la deuda soberana a partir de mediados del 2013 han llevado a los mercados a reconsiderar el riesgo de poner su dinero en bonos soberanos de países con elevados déficits.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, advirtió a los mercados este martes no subestimar la determinación de las autoridades para estabilizar la zona euro, pero sus opciones para frenar los problemas parecen ser limitadas.
El BCE podría decidir aumentar la dimensión de su programa de compra de bonos en su encuentro del jueves, pero la resistencia a esta medida es fuerte dentro de la junta general de la entidad, y por el contrario, algunos miembros piden poner fin a las medidas extraordinarias.
En tanto, Alemania ha resistido la presión de países como Francia para convertir la zona euro en una "unión fiscal" en la que sus miembros sacrifican su soberanía sobra la política económica por el bien del grupo.
La canciller Angela Merkel también es escéptica sobre destinar más fondos para rescates, temerosa de que los contribuyentes alemanes terminen cargando con la mayor parte de los rescates a países que Berlín considera se han vuelto vulnerables debido a políticas negligentes.
Peter Bofinger, un miembro de un panel asesor en materia económica del Gobierno alemán, dijo que los riesgos para el euro eran "enormemente grandes" y que Alemania necesitaba decidir su quería dejar que la moneda fracasara o adoptar más medidas para salvarla.
El euro subía este miércoles, operando en 1,3060 dólares tras caer a un mínimo de 10 semanas frente al dólar el martes.