El profesor James A. Robinson sostiene que el país tiene un gran potencial de crecimiento y que no puede depender más del sector energético.
En medio de numerosas tensiones económicas mundiales, que apuntan a una recesión en Europa, a la recuperación estadounidense y a la desaceleración de Latinoamérica y China, el profesor de la Universidad de Harvard James Alan Robinson, coautor del libro ¿Por qué fracasan las naciones?, durante su reciente visita a Colombia dejó claro que el país tiene que encontrar la forma para diversificar la economía y puso en duda cuál será el futuro que le espera si continúa dependiendo del petróleo, del oro y el carbón.
Robinson, doctor en Economía y quien se ha formado en el London School of Economics, la Universidad de Warwick y la Universidad de Yale, le dijo a El Espectador que el país tiene un elevado potencial de crecimiento´, que en gran medida depende de que las instituciones del Estado tengan una mejora significativa. Sin embargo, señaló que uno de los problemas latentes radica en que “los precios domésticos están distorsionados por los monopolios y las barreras para entrar a Colombia”.
Reiteró que los países fracasan en la actualidad no sólo porque sus instituciones económicas bloquean incentivos y oportunidades, sino porque los problemas radican en razones “fundamentalmente políticas”.
-¿Qué tan evidentes son las amenazas para el crecimiento mundial?
-El crecimiento económico se va a hacer más lento inevitablemente en China, esto ha conducido a que haya caído del precio de los commodities, lo cual ha impactado a Latinoamérica. Ahora, la pregunta es si esto se hará efectivo rápido o despacio. Entonces, lo que decimos en el libro es que mucha gente subestima la posibilidad de que sea mucho.
-¿Hay temores económicos como los vistos antes de la crisis de 2008?
-Es difícil reconciliar las políticas macroeconómicas antirrecesión con este problema de la deuda. Los países quieren usar una política fiscal expansiva para mover las economías. Sin embargo, me parece difícil por la carga de deuda que tienen.
Las naciones usan políticas monetarias agresivas, pero eso no funciona muy bien cuando las tasas de interés son cero. Mi idea es que los gobiernos tienen que promover el empleo y las inversiones. Por ejemplo, en Estados Unidos una forma contributiva era la compra de activos por parte de la Reserva Federal de EE.UU. Esto es una respuesta creativa a este problema.
Pero me preocuparían más las consecuencias políticas de esto. En Grecia, por ejemplo, hicieron hasta lo imposible; lo que no se podía realizar, lo realizaron e impusieron una austeridad increíble. A mis amigos les bajaron los salarios tres veces.
-Bajo la actual coyuntura, ¿por qué fracasan las naciones?
-La teoría que tiene el libro habla de que los países fracasan económicamente porque sus instituciones económicas bloquean tanto incentivos como oportunidades. Pero la razón que yo tengo es fundamentalmente política.
La economía la han creado los políticos, el Estado o la presencia política. Son instituciones políticas extractivas. Me refiero a monopolios y a barreras para entrar. ¿Qué crea todo esto? La política.
-En el caso de Latinoamérica, ¿qué similitudes se comparten con los casos que usted menciona en otros lugares del mundo?
-Usted sabe que la razón de que los países de Latinoamérica sean más pobres y desiguales que los de Norteamérica radica en que Latinoamérica tiene una larga historia de instituciones económicas y políticas extractivas. Ahora las cosas van mejor que en el pasado, pero creo que los países latinoamericanos tienen un enorme legado de instituciones extractivas.
Voy a dar un ejemplo específico. En México, el empresario Carlos Slim. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calculó que sus monopolios redujeron el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano en un 2% anual. Es un ejemplo de una institución extractiva que reduce la prosperidad de una sociedad.
-¿Qué otros ejemplos similares ve usted en la región?
-Colombia está llena de ejemplos y tiene una larga historia de monopolios y barreras para entrar. ¿Por qué, por ejemplo, todo el mundo trata de contrabandear cosas en Colombia? Es porque los precios domésticos en el mercado colombiano son muy altos; esto se da porque hay monopolios domésticos.
Colombia tiene una de las industrias bancarias más caras de toda Latinoamérica. ¿Por qué? Porque hay muy pocos competidores.
El contrabando y el comercio ilegal influyen mucho en el país. Los precios domésticos están distorsionados por los monopolios y las barreras para entrar a Colombia.
-¿Sólo en Colombia se ve tan acentuado este fenómeno?
-Es en toda Latinoamérica. Cuando el presidente César Gaviria estaba en ejercicio, hizo la apertura económica. Ahora, importaciones más exportaciones son lo mismo. No hay apertura porque hubo muchas barreras.
Una de ellas son los altos costos de transporte desde los mares hacia el interior. Un 65% de lo que se mueve en el país llega al puerto de Buenaventura. Desde allí hasta Cali se gastan ocho horas, porque la carretera está muy mala. Todo es caro, pero sólo eso es una barrera de entrada.
-Frente al tema de materias primas, ¿terminó la buena época para los productores?
-Esto depende mucho del crecimiento chino. ¿Cuál es el futuro económico para Colombia con base en petróleo, carbón y oro? El país tiene que encontrar la forma de diversificar la economía.
El crecimiento económico caerá si el auge de los commodities llega a su fin. El futuro del crecimiento en Colombia podría ser fantástico. El país está en un 20% de todo su potencial y tiene apenas un 20% de los ingresos per cápita de Estados Unidos. No hay razón como para no quitar esa brecha. Sin embargo, Colombia no tiene las instituciones.
Depende de la gente que las instituciones en Colombia cambien y que se construya una agenda política para que esto realmente ocurra.
-¿El tema es más de voluntad política?
-La gente tiene que inventarse una interpretación de los problemas y actuar de manera colectiva para cambiar las cosas.
La diferencia entre los países ricos y los pobres no es que los pobres tengan una mala política monetaria o que los EE.UU. y los ricos tengan unas buenas. Perú ha tenido políticas peores que Colombia, pero tiene más ingresos per cápita.
-¿Por qué pasa eso?
-Las políticas monetarias crean problemas a corto plazo. El crecimiento económico no está dirigido por las políticas monetarias, sino por inversión y la mejora de la productividad.
-¿La clase media está destinada a desaparecer en Latinoamérica?
-No. La clase media ha venido creciendo en el continente en los últimos diez años. En Colombia también. Esto es parte de la caída de la pobreza. No pienso que vaya a desaparecer.
-Desde su experiencia, ¿cuáles son las claves para reducir la pobreza en el mundo?
-Los últimos treinta años han sido de crecimiento económico en India y China. Cientos de millones de personas salieron de la pobreza. Si se mira a Latinoamérica, sucede lo mismo. Si se mira el crecimiento económico, ha aumentado en los últimos 10 años.
-¿Será sostenible para Colombia un crecimiento entre el 4 y el 5% en los próximos años?
-Con estas instituciones, no lo creo. Si nos remontamos a hace 100 años, el ingreso per cápita en Colombia era el 20% del de Estados Unidos. 100 años después, sigue siendo igual. Sin un cambio político fundamental, en un siglo seguiremos con algo similar. Es un reto para la gente que dirige este país.