Aunque el mercado se ha estabilizado después de una serie de medidas del Gobierno para contener la fuerte caída de junio y julio, la confianza de los inversores sigue frágil.
Las acciones chinas perdieron un 6% este martes, en su peor derrumbe en tres semanas, en medio de las especulaciones de que el banco central podría no tener prisa por relajar más su política monetaria y ante las preocupaciones de que un mayor debilitamiento del yuan pueda impactar a los importadores.
Aunque el mercado se ha estabilizado después de una serie de medidas del Gobierno para contener la fuerte caída de junio y julio, la confianza de los inversores sigue frágil.
Luego de datos que arrojaron una recuperación modesta de los precios de las viviendas en julio, las presiones por tomas de ganancias se aceleraron en las negociaciones de la tarde, dijeron operadores.
"El regulador de valores dejó en claro la semana pasada que el Gobierno dejará de lado la intervención del mercado regular destinada a apoyar los precios de las acciones", dijo un operador de una correduría china en Shanghái.
El regulador de valores de China dijo el viernes pasado que el Gobierno debería permitir que las fuerzas del mercado tengan un rol más preponderante en determinar los precios de las acciones, en la primera señal oficial de que Pekín podría moderar sus esfuerzos por impulsar el sector a través de las instituciones estatales.
"Dado que la confianza ha estado débil desde la fuerte caída que comenzó en junio, la gente cree que el mercado no puede apoyar los actuales niveles de los precios de las acciones sin el respaldo del Estado. Esta percepción ha causado un extendido nerviosismo", aseveró el operador.
El índice compuesto de Shanghai cerró con una pérdida de 6,1% a 3.749,12 puntos, en su declive diario más acentuado desde el 27 de julio, cortando una racha de ganancias de tres días.
El índice CSI300 de las mayores compañías cotizadas en Shanghái y Shenzhen descendió 6,2% a 3.825,41 unidades.
La volatilidad de ambos índices se agudizó durante la tarde.
Operadores dijeron que una enorme inyección de efectivo del Banco Popular de China, realizada previamente en el día a través de una operación de mercado abierto, fue tomada como una señal de que el banco central podría no relajar más la política monetaria por ahora.
"La inyección de fondos del banco central al mercado de dinero el martes generó especulaciones respecto a que la entidad podría retrasar su próxima medida de alivio monetario", dijo otro operador.
La inyección, la mayor en más de seis meses, aumentó las preocupaciones en torno a que la liquidez se estaba estrechando, puesto que los inversores estaban sacando más capitales del país.