Los mercados de Shanghai y Shenzhen bajaron alrededor de un 3% por la mañana, llevando sus pérdidas en un momento a más del 8% desde que los inversores huyeron en manada el martes.
Los mercados de acciones chinas sufrieron fuertes altibajos este miércoles, con un desplome inicial y un repunte posterior en una sesión que subrayó que los inversores casi no tienen fe en los esfuerzos de estabilización financiera que lanzó el gobierno hace un mes.
Los mercados de Shanghai y Shenzhen bajaron alrededor de un 3% por la mañana, llevando sus pérdidas en un momento a más del 8% desde que los inversores huyeron en manada el martes.
Pero luego actuaron los compradores estatales, permitiendo que las acciones terminaran el día con ganancias de más de 1%.
Es un patrón que se repitió varias veces desde que "la selección nacional" de Pekín, una coalición de instituciones y reguladores financieros respaldados por el estado, entró en acción a comienzos del mes pasado con instrucciones para impedir el derrumbe de los precios de las acciones.
Los inversores dicen que los mercados de acciones de China, que nunca fueron aptos para cardíacos, ahora se tornaron directamente disfuncionales, desde el masivo e inédito esfuerzo de rescate del gobierno.
Los precios se mueven abruptamente en base a especulaciones sobre las actividades del equipo nacional mientras los inversores se enfocan en obtener rápidas ganancias financieras anticipando sus próximos movimientos.
Por la tarde del miércoles, varias compañías anunciaron que fondos estatales habían comprado participaciones en ellas, lo que fue tomado por los inversores como una señal de que el gobierno continúa respaldando al mercado. Unas 20 firmas habían hecho tales anuncios.
Los inversores de largo plazo permanecen al margen, moviendo sus fondos a bonos y al mercado de dinero, en momentos en que los enormes altibajos de las acciones y el constante flujo de noticias económicas desfavorables incrementan su ansiedad sobre la segunda mayor economía del mundo.
El Ministerio de Comercio aumentó el miércoles este nerviosismo, al decir que las exportaciones podrían seguir bajando los próximos meses tras una caída del 8,3% en julio, su mayor bajada en cuatro meses.
La economía ya está bajo amenaza de deflación y los funcionarios tienen dificultades para revivir la inversión física. La meta oficial de crecimiento de Pekín es de 7% para este año pero algunos economistas estiman los actuales niveles más cerca de la mitad de ese ritmo.
El mercado de Shanghai cerró con un avance de 1,2% y el de Shenzhen ganó 2,2%. El índice referencial CSI300, que combina acciones de ambas plazas financieras, se elevó 1,6 por ciento.
La recuperación siguió a la noticia de que el banco central ofrecería más fondos de mediano plazo a los bancos, por encima de una inyección de recursos por 120.000 millones de yuanes (US$19.000 millones) que hizo en los mercados de dinero el martes.
El banco central confirmó posteriormente en el día que prestó 110.000 millones de yuanes en fondos a seis meses para ayudar a mantener suficiente liquidez en el mercado.
Fuentes familiarizadas con el plan de financiamiento de mediano plazo dijeron que esto ayudaría a contrarrestar la fuga de liquidez causada por la imprevista devaluación del yuan chino la semana pasada.