Argentina está, cediendo bajo el peso de su deuda, que en total suma cerca de US$100.000 millones. A su vez, Fernández necesita urgentemente llegar a un acuerdo con los acreedores para aliviar esta carga.
Buenos Aires.- Facciones de tenedores de bonos de Argentina buscan posicionarse de la mejor manera ante las inminentes charlas de reestructuración con Alberto Fernández, el próximo presidente argentino que intentará evitar una nueva cesación de pagos, dijeron más de doce fuentes con conocimientos del proceso.
Argentina está, una vez más, cediendo bajo el peso de su deuda soberana, que en total suma cerca de US$100.000 millones. A su vez, Fernández necesita urgentemente llegar a un acuerdo con los acreedores para aliviar esta carga y darle a su Gobierno espacio y tiempo para revivir la economía del país.
Varios inversores le dijeron a Reuters que están cada vez más molestos por la falta de definición de lo que serán los planes del gobierno de Fernández, quien asumirá la presidencia el 10 de diciembre.
A menos de tres semanas de asumir, el peronista aún no ha informado quienes compondrán su equipo económico, ni ha explicado cómo manejará la deuda, cuyo costo para el país ha crecido tras el colapso del peso argentino.
"La frustración general es (por) lo que ha demorado la administración entrante en apuntar a personas y poner las cosas en marcha", dijo una fuente de un importante fondo de inversión de renta fija, que agregó que con más claridad las cosas podrían cambiar "bastante rápido".
Fernández le dijo esta semana a la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, que tiene un plan "sostenible" para cumplir con las obligaciones de deuda como también crecer de manera sostenida, aunque no dio detalles respecto sobre el proyecto.
Un portavoz de Fernández tampoco dio especificaciones sobre el plan ante una consulta de Reuters hecha el viernes.
Un comité de acreedores de al menos 20 miembros fue creado en octubre para buscan formas de evitar pérdidas en sus carteras, que podrían alcanzar decenas de miles de millones de dólares.
Tres fuentes indicaron que, debido a discrepancias con respecto los pasos a dar, un segundo grupo acreedores actualmente está en formación, liderado por Gramercy, un agente de inversiones enfocado en mercados emergentes con sede en Estados Unidos.
En tanto, un tercer grupo de fondos de cobertura y tenedores de bonos argentinos reestructurados tras un 'default' previo también estaba ensamblándose, dijeron fuentes.
Gramercy tiene experiencia previa en Argentina, donde su director de inversiones de deuda, Robert Koenigsberger, estuvo involucrado en conversaciones en 2009.
El proceso de organización de los acreedores se encuentra todavía en sus primeras etapas y no está claro qué porcentaje de la deuda de Argentina representa cada grupo en este momento.
La propuesta de Gramercy, que también involucra al fondo especializado en mercados emergentes Macrosynergy Partners, ha simulado varios escenarios posibles, según tres fuentes familiarizadas con estos. Uno de ellos incluye una extensión de vencimientos para aliviar la presión sobre Argentina y su crisis financiera, sin una quita de deuda.
"El escenario preferido para el grupo es lograr una extensión de cinco años, pero sin recortes", dijo una de las fuentes.
De acuerdo al FMI, hasta que el Gobierno electo no establezca un camino económico, el organismo no puede decidir si recortes de deuda son necesarios para mantener el programa de rescate de 57.000 millones de dólares.
"Ante la ausencia de toda la estrategia macroeconómica, es muy difícil juzgar cómo su administración llevaría a una posición de deuda sostenible", dijo Alejandro Werner, titular del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en un evento en Nueva York.
"Una vez que tenés las propuestas políticas podés evaluar qué tipo de operación de deuda es consistente con esas políticas", agregó.
En el 2001 Argentina declaró una histórica cesación de pagos, que hundió al país de 44 millones de habitantes en una prolongada recesión y crisis económica de la que recién salió en 2015.
Los bonos argentinos, de los cuales casi el 80% están denominados en moneda extranjera, recibieron un pequeño impulso con los comentarios de Fernández de esta semana. No obstante, aún cotizan a menos de la mitad de su valor nominal.
A su vez, a pesar de estar respaldada por controles de capitales establecidos en septiembre tras la victoria de Fernández en las primarias, el peso es hasta el momento la moneda de peor desempeño del mundo este año.