Los países de Asia han acumulado billones de dólares en bonos del gobierno de EE.UU., a través de ganancias recicladas de exportaciones, y tienen un interés vital en mantener su valor, luego de que S&P amenazara con recortar la calificación de su deuda.
Tokio. Algunos de los mayores acreedores de Estados Unidos actuaron este martes para fortalecer la confianza en su deuda soberana, luego de que Standard & Poor's amenazó con recortar la calificación de crédito de la mayor economía mundial, tocando un punto sensible de los tenedores de Treasuries.
Los países de Asia han acumulado billones de dólares en bonos del gobierno de Estados Unidos a través de ganancias recicladas de exportaciones, y tienen un interés vital en mantener su valor. Así que no sorprendió que los funcionarios se mostraran ansiosos de restar importancia a la amenaza.
"Estados Unidos está abordando los temas fiscales en diversas formas, así que creo que los Treasuries de Estados Unidos son básicamente un producto atractivo para nosotros", dijo a periodistas el ministro de Finanzas de Japón, Yoshihiko Noda, después de una reunión de gabinete.
Los precios de los bonos de Estados Unidos se mostraron resistentes este martes, aunque eso no detuvo la caída de los mercados en Asia, donde los inversores ya están preocupados de que Grecia esté al borde de renegociar su deuda.
S&P, que asigna calificaciones para guiar a los inversores sobre los riesgos involucrados en la compra de instrumentos de deuda, dijo que la medida indica al menos una posibilidad de una entre tres de que eventualmente pueda reducir su calificación largo plazo AAA sobre Estados Unidos dentro de dos años.
La advertencia provocó un retiro generalizado de los activos más riesgosos, como valores y materias primas.
Si los inversores comienzan a exigir mayores retornos por tener una deuda de Estados Unidos más riesgosa, el aumento de los rendimientos de los bonos podría socavar el valor de los papeles en reservas de divisas y elevar los costos de los préstamos, lo que pondría en riesgo la recuperación económica mundial.
Las reservas da Japón se mantuvieron en US$1,12 billones a fines de marzo, la mayor parte de ella se cree que sería deuda de Estados Unidos.
Incluso esa cifra parece pequeña frente a los US$3 billones de China en reservas, de la que también se cree que gran parte corresponde a Treasuries estadounidenses. El regulador de cambio internacional chino y otros asesores de política no realizaron comentarios de inmediato sobre la medida de S&P.
Otros grandes acreedores de Estados Unidos incluyen al Reino Unido, los países exportadores de petróleo en Oriente Medio, Brasil, Hong Kong, Rusia, Taiwán y Canadá.
La cantidad de deuda que posee China se ha vuelto tan monstruosa que está aumentando la inflación en el país, a la vez que lo convierte casi en un inversor cautivo de los Treasuries, el único mercado lo suficientemente grande y los suficientemente líquido para absorber tal cantidad de dinero.
Li Jie, el jefe del Centro de Investigación de Cambio de Reservas Internacionales de China, un instituto académico de la Central University of Finance and Economics en Pekín, dijo que la advertencia de S&P haría sonar alarmas en su país.
La escala de las potenciales pérdidas por una baja en el valor de la deuda de Estados Unidos podrían llevar a China a recortar la cantidad de deuda de Washington en su poder, dijo.
"Muchos creen que la deuda de Estados Unidos corresponde a cerca de un 70 por ciento de las reservas de cambio extranjeras de China, pero China podría reducir la proporción al 50% o menos en la próxima década", sostuvo Li.
Sin embargo, lograr tal cambio sin asustar al mercado y hacer bajar el precio de los bonos sería una gran hazaña.
El peligro de una baja a la calificación de Estados Unidos también podría atraer una atención no deseada a la enorme deuda de Japón, que posiblemente aumentará mientras el Gobierno consigue fondos para la reconstrucción después del devastador terremoto y tsunami del mes pasado.
Japón está listo para elaborar un presupuesto extra por unos 4 billones de yenes (US$48.400 millones) para comenzar la reconstrucción después del terremoto y tsunami del 11 de marzo, que también desató la peor crisis nuclear del mundo en un cuarto de siglo.
Este probablemente será el primero de varios paquetes de gasto. La deuda pública de Japón ya es dos veces el tamaño de su economía de US$5 billones, y los expertos en política dicen que sería necesaria una nueva emisión de bonos después del primer presupuesto para pagar los costos de la reconstrucción.
S&P recortó la calificación de deuda soberana de Japón a AA-menos en enero, aunque dijo poco después del desastre de marzo que no esperaba cambiar su posición frente a Japón.
La tercera mayor aseguradora de vida privada de Japón, Meiji Yasuda Life también expresó su confianza en los bonos estadounidenses y dijo que no tiene planes de cambiar su postura después del anuncio de S&P. Agregó que planea aumentar sus posiciones en bonos y deuda extranjera, concentrándose en los bonos en dólares.
"El presidente de Estados Unidos (Barack) Obama está diciendo que habla en serio sobre una reforma fiscal. Los bonos de Estados Unidos son el mayor mercado de deuda del mundo y nuestra confianza sigue intacta", dijo Yasuharu Takamatsu, director de inversiones de Meiji Yasuda, en una conferencia de prensa.