La profundización en la caída de la actividad de servicios, junto con una desaceleración en curso entre los manufactureros, llevó al índice compuesto de HSBC para el país a 40,8 en julio.

La actividad del sector servicios de Brasil se hundió fuertemente en julio, al caer al ritmo más fuerte de la historia, según una encuesta privada divulgada el miércoles, lo que confirma los temores de que una dura contracción se prolongaría en el segundo semestre del año.

El Índice de Gerentes de Compras de HSBC (PMI) para el sector servicios brasileños cayó sobre una base ajustada estacionalmente a 39,1 en julio, por debajo del 39,9 de junio, igualando un mínimo histórico que tocó en marzo de 2009 en los ocho años desde que se registra el dato.

La marca de 50 del índice separa contracción de expansión.

La profundización en la caída de la actividad de servicios, junto con una desaceleración en curso entre los manufactureros, llevó al índice compuesto de HSBC para el país a 40,8 en julio, frente a 41,0 en junio. Esta es la peor lectura de este índice desde que registró 39,9 en marzo de 2009.

La inflación al consumidor y las tasas de interés están en los niveles más altos en una década a pesar de la caída de la actividad económica, lo que ha obligado a las empresas a despedir trabajadores para controlar costos.

Todo esto ha contribuido a que la presidenta Dilma Rousseff tenga un bajísimo nivel de aprobación.

Los proveedores de servicios recortaron puestos de trabajo al ritmo más rápido en la historia de la encuesta e informaron que la inflación de los costos está en un máximo de 81 meses.

El panorama es "sombrío", según Pollyanna De Lima, economista de Markit.

"Se espera que la débil demanda, las altas tasas de interés, el ajuste fiscal, una fuerte inflación y el aumento del desempleo continúen obstaculizando la actividad en los próximos meses", comentó.