El índice de actividad económica del Banco Central de Brasil, una medición considerada como una suerte de precedente al desempeño del Producto Interno Bruto (PIB), se contrajo un 0,73% en febrero respecto al mes previo, informó la entidad.
Sao Paulo. El ritmo débil de la economía brasileña se extendió a febrero con la mayor contracción en nueve meses, según datos del Banco Central divulgados este lunes, ampliando las proyecciones de una caída en el primer trimestre y corroborando las preocupaciones con las perspectivas de crecimiento del país.
El índice de actividad económica del Banco Central de Brasil, una medición considerada como una suerte de precedente al desempeño del Producto Interno Bruto (PIB), se contrajo un 0,73% en febrero respecto al mes previo, informó la entidad este lunes.
El resultado mensual fue el segundo negativo tras un retroceso del 0,31% en enero, en un informe revisado por el BC tras divulgar una contracción del 0,41%. Y es también la peor lectura para el indicador desde la caída del 3,1% vista en mayo de 2018.
"Los indicadores de actividad económica conocidos hasta el momento siguen sugiriendo una leve caída del 0,1% del PIB en el primer trimestre de este año", afirmó Bradesco en una nota.
En relación a febrero de 2018, el IBC-Br presentó un alza de 2,49%, mientras que en el total acumulado en 12 meses, arrojó un avance de 1,21%.
En febrero, la producción industrial de Brasil mostró cierta recuperación al avanzar el 0,7% sobre el mes anterior, devolviendo las pérdidas vistas en enero.
Sin embargo, las ventas al por menor se mantuvieron estables en el mes, con las compras volcadas al Carnaval compensando pérdidas en supermercados y combustibles. Y el volumen de servicios retrocedió el 0,4% en febrero, en la segunda caída consecutiva.
El escenario sigue siendo de lentitud de la economía y mercado de trabajo débil, con cerca de 13 millones de desempleados en el país, aunque la inflación y la tasa de interés bajas proporcionan cierta expectativa de mejora del consumo.
Las expectativas de crecimiento para Brasil vienen sufriendo sucesivas reducciones. La encuesta más reciente realizada por el Banco Central por un centenar de economistas muestra que la expectativa para la actividad en este año es de crecimiento del 1,95%, hasta el 2,58% en 2020.
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la estimación de expansión de la economía brasileña en 2019 a 2,1%, citando la necesidad de recortes de gasto con funcionalismo público y de la reforma de la Previsión para contener los crecientes gastos.