Algunos inversores se habían preparado para una cifra negativa luego de que el banco central alivió inesperadamente su política en la noche de este lunes.
La actividad del sector manufacturero de China descendió en febrero con más fuerza que lo esperado, mostraron sondeos el martes, lo que llevó a las firmas más pequeñas a despedir trabajadores a su ritmo más rápido en siete años y sugiere que el Gobierno tendrá que redoblar su estímulo.
Algunos inversores se habían preparado para una cifra negativa luego de que el banco central alivió inesperadamente su política en la noche de este lunes, inyectando un total estimado de 100.000 millones de dólares en efectivo al sistema bancario para mitigar los efectos derivados de reformas como la reestructuración de grandes empresas estatales.
El Índice de Gerentes de Compra (PMI) oficial del sector manufacturero cayó a 49,0 puntos en febrero desde 49,4 en enero, por debajo del umbral de 50 puntos que separa a la expansión de la contracción. Economistas consultados por Reuters esperaban sólo una leve baja a 49,3.
La cifra es la más débil desde noviembre del 2011, que también fue de 49,0.
"El PMI fue mucho más débil que lo esperado, dando a entender que las recientes medidas de flexibilización han tenido un impacto limitado en la transformación del debilitado sector de manufactura", escribió Zhou Hao, economista senior para mercados emergentes de Commerzbank en Singapur.
El PMI del sector manufacturero de China elaborado por Caixin/Markit, que se centra las empresas privadas más pequeñas y medianas, cayó a 48,0 puntos en febrero, por debajo de las expectativas del mercado de una lectura de 48,3 y de la cifra de enero de 48,4.
Ambos estudios mostraron que las condiciones en el mercado laboral de China siguen deteriorándose, lo que plantea un desafío para las autoridades que están elaborando el próximo plan quinquenal de desarrollo de Pekín antes de la reunión anual del Parlamento que comenzará el 5 de marzo.
El reporte de Caixin mostró que las empresas redujeron puestos de trabajo a su ritmo más rápido desde enero del 2009, cuando China y otras economías dependientes del comercio se tambaleaban por los efectos de la crisis financiera.