El gobierno dice que el acuerdo, que entró en vigencia esta semana, sumará hasta 1 punto porcentual de crecimiento a la economía al año y recortará en dos puntos porcentuales el desempleo.
Bogotá. Colombia ha prometido que el tratado de libre comercio con Estados Unidos creará miles de empleos y estimulará su economía, pero los agricultores de la nación andina le temen porque consideran que su subsistencia está en peligro, ya que podrían convertirse en presa de las grandes firmas agroindustriales del país del norte.
El gobierno dice que el acuerdo, que entró en vigencia esta semana, sumará hasta 1 punto porcentual de crecimiento a la economía al año y recortará en dos puntos porcentuales el desempleo.
Sin embargo, los pequeños agricultores ven un futuro menos auspicioso, donde el mercado local podría sucumbir a las exportaciones baratas de Estados Unidos y dejar a miles de personas sin trabajo.
"Colombia va a sufrir la misma suerte que México", dijo José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, respecto a su rubro. El dirigente gremial aseguró que en México miles de ganaderos perdieron su fuente de ingreso tras la entrada en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Según el acuerdo, casi todos los productos que Colombia exporta a su principal socio comercial tendrán un acceso paulatino libre de aranceles a Estados Unidos.
Los envíos a la mayor economía del mundo representaron casi el 40 por ciento de las exportaciones totales de Colombia el año pasado. Según los especialistas, productores de textiles, cuero, cacao y tabaco estarían bien posicionados para beneficiarse del tratado comercial.
"Este acuerdo va a impulsar el crecimiento como ha sucedido en otros países que han firmado acuerdos con la mayor economía del mundo", dijo a Reuters un optimista ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados.
Pero la otra cara de la moneda es que miles de campesinos deberán encontrarse de frente con los grandes jugadores estadounidenses, atraídos por el fuerte crecimiento esperado para Colombia en los próximos años, un hecho que desde ya se ve al menos complejo.
Un estudio realizado por varios economistas y publicado por la organización local de derechos sociales Planeta Paz aseguró que el mercado colombiano será inundado con alimentos baratos provenientes de Estados Unidos.
"Esperamos una reducción de los cultivos y pérdidas de empleo en el maíz amarillo, sorgo, trigo y frijol en el corto plazo", dijo el estudio que sostiene que aproximadamente un millón de agricultores verán sus ingresos reducidos entre un 31 y un 45 por ciento por el acuerdo comercial.
El tratado establece que Estados Unidos puede enviar a Colombia hasta 2,64 millones de toneladas de productos alimenticios sin pagar aranceles en el primer año, una cuota que
aumentará progresivamente.
Incluso algunos miembros del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos reconocieron que el acuerdo negociado por la anterior administración puede ser una desventaja para los agricultores.
"El Ministerio de Agricultura está en desacuerdo con muchas de las cosas que fueron negociadas (...) pero ahora tenemos que cumplir" con el tratado comercial, dijo el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo.
Las agrupaciones sectoriales auguran que más de 700.000 agricultores podrían perder sus empleos en los próximos cinco años a consecuencia de una inundación de productos baratos de Estados Unidos.
El aumento del desempleo rural podría ser un duro golpe para el presidente Santos, quien se comprometió a reducir la desocupación a un dígito para el año 2014 desde el nivel actual de un 10,4 por ciento.
El subdesarrollo en las zonas rurales es uno de los mayores desafíos del Gobierno, dado que la falta de oportunidades en el campo lleva a muchos jóvenes a unirse a grupos armados ilegales como las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Con el fin de proteger el empleo rural, el Ministerio de Agricultura destinó unos 571 millones de dólares para aumentar los rendimientos de los cultivos, mejorar la genética del ganado y reacondicionar las granjas.
"Vamos a dar recursos y apoyo a los sectores más amenazados para evitar que se pierda empleo", dijo Restrepo.
Pero pese a las ayudas, las expectativas no son mejores.
Por ejemplo, en el sector ganadero, alrededor de 370.000 personas podrían verse obligadas a abandonar el negocio porque no podrían competir con los productores de carne a gran escala de Estados Unidos, dijo el dirigente Lafaurie.
Lo mismo ocurriría con los lácteos y las arroceras.
La Federación de Productores de Arroz dijo que miles de campesinos no podrán competir con los exportadores estadounidenses y advirtió que se necesitarán subsidios del Gobierno para mantenerse a flote.
Los criadores de pollos también se enfrentarían a una avalancha de importaciones baratas.
"Ellos nos vendieron la idea de que el TLC era un contrato de dos vías, pero no puedo competir allí (...); no se puede exportar pollo a Estados Unidos a causa de las restricciones fitosanitarias", dijo Andrés Moncada, director de la asociación de aves de corral.
Pero incluso si los agricultores tienen éxito en el envío de sus productos a Estados Unidos, tendrán que enfrentarse a otro desafío que está fuera de su control.
El peso colombiano se ha fortalecido alrededor de un 7% este año, lo que ha reducido los ingresos de aquellas empresas que tradicionalmente viven de las ventas al exterior, como las de flores, café y banano, y la moneda podría seguir apreciándose con los consecuentes resultados nefastos sobre esta nueva camada de exportadores.