El presidente Barack Obama sostendría reuniones con líderes empresariales el martes y el miércoles y luego viajaría el viernes a una fábrica en Pensilvania para defender su idea sobre impuestos.
Reuters. El Congreso de Estados Unidos avanzó en centímetros este martes hacia un compromiso sobre impuestos y gastos, pero un acuerdo firme para evitar el "abismo fiscal" a fin de año aún parece lejano, pese a la creciente presión de intereses empresariales por una acción.
El presidente Barack Obama sostendría reuniones con líderes empresariales el martes y el miércoles y luego viajaría el viernes a una fábrica en Pensilvania para defender su idea sobre impuestos.
Tras su reelección el 6 de noviembre, Obama quiere extender las tasas impositivas para los que ganan menos a estadounidenses de clase media, para permitir que los impuestos aumenten para las familias que perciban más de US$250.000 al año.
Los republicanos se oponen a esa posición y favorecen extender las tasas impositivas para los que perciben una renta baja, adoptadas durante el gobierno del ex presidente George W. Bush, a todos los niveles de ingresos.
A menos que el Congreso actúe, los recortes impositivos de la era Bush expirarán a fin de año y las tasas tributarias subirán para la mayoría de los contribuyentes.
La disputa sobre la tasa impositiva es un obstáculo central a un acuerdo que podría impedir que el país caiga en el "abismo fiscal", una convergencia de alrededor de US$600.000 millones en alzas tributarias y recortes de gastos que amenazan con provocar otra recesión.
"Aún no existe claridad sobre el estatus final de los recortes impositivos de la era Bush, que debe ser resuelto antes de que puedas avanzar con el remanente del abismo fiscal", comentó Chris Krueger, analista de Washington Research Group, de Guggenheim Securities.
Los republicanos no han cambiado su postura en contra de cualquier aumento de impuestos, pero unos pocos han repudiado públicamente una promesa de no aplicar nuevos impuestos a la que muchos de ellos han adherido durante años, colocando sobre la mesa negociadora los ingresos tributarios en vez de mayores impuestos.
Programas de salud. El martes, Dick Durbin, un importante senador demócrata y aliado cercano de Obama, instó a los liberales a considerar reformar los costosos programas de salud Medicare y Medicaid, señalando un posible compromiso demócrata en un área donde hasta ahora han resistido al cambio.
"Los progresistas deberían estar dispuestos a hablar sobre modos de asegurar la viabilidad a largo plazo de Medicare y Medicaid" para los ancianos y los pobres, comentó Durbin en extractos de un discurso.
Sin embargo, agregó que los programas de salud no deberían ser parte de las actuales negociaciones para evitar el "abismo fiscal". En ese frente, Durbin se cuadró con Obama al llamar a la extensión de recortes impositivos para la clase media para un 98 por ciento de los estadounidenses.
Como parte de sus esfuerzos múltiples en materia impositiva, Obama se reunirá el martes con un grupo de dueños de pequeñas empresas. El miércoles, recibirá a líderes de firmas mayores. Y el viernes, visitará una instalación de manufacturas de The Rodon Group, una pequeña compañía fabricante de juguetes en Pensilvania.
La visita de Obama y sus reuniones en la Casa Blanca apuntan a presionar a los republicanos a extender los recortes impositivos para gente con rentas medias y a acabar con ellos para las familias más ricas.
Un grupo de presión llamado Fix the Debt ("Reparen la deuda") programó su propia conferencia de prensa para el miércoles para instar al Congreso a "promulgar un plan que nos permita alejarnos del abismo fiscal y de una mayor inestabilidad económica".