Cuando los gobiernos dependen en gran medida de los ingresos provenientes de las materias primas, quedan sujetos a los altibajos de los precios de las materias primas.
Entre los exportadores de materias primas no renovables se encuentran países con ingresos altos, medios y bajos que representan cerca de 20% del PIB y de las exportaciones mundiales, constituyen un destino importante de la Inversión Extranjera Directa (IED), poseen una proporción importante de los recursos naturales del mundo que representan casi 90% de las reservas de petróleo crudo y constituyen un destino importante para la IED, de acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cuando los gobiernos dependen en gran medida de los ingresos provenientes de las materias primas, quedan sujetos a los altibajos de los precios de las materias primas. La experiencia de las últimas décadas ha demostrado que la política fiscal es una herramienta crucial para controlar los efectos de la volatilidad de precios de las materias primas sobre la economía interna. La experiencia empírica muestra que el crecimiento del gasto público ha tendido a acelerarse durante las alzas de precios y a bajar durante las caídas de precios, y esta respuesta procíclica ha intensificado la volatilidad de la economía y probablemente haya entorpecido el crecimiento económico, según indica el FMI.
Según el Fondo, los precios de las materias primas son impredecibles y éstos plantean desafíos significativos a los responsables de la formulación de políticas en economías ricas en recursos naturales. Concluye que las crisis de precios de las materias primas suelen ser de gran magnitud y persistencia y que los periodos de auge y caída pueden ocasionar fluctuaciones de precios entre 40 y 80% a lo largo de una década.
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