El secretario de Finanzas de Ciudad de México, Édgar Amador Zamora, considera que si se genera un déficit en el presupuesto de 2018, "tarde que temprano la capital tendrá que subir impuestos".
Ciudad de México. La Ciudad de México corre un riesgo de caer en un quiebre financiero el próximo año ante las presiones que generan la reconstrucción y el calendario político electoral, según el secretario de Finanzas capitalino, Édgar Amador Zamora, quien considera que ante este hecho los diputados deben tomar en cuenta el tema fiscal y no optar por adquirir deuda o crear pasivos.
En entrevista para La Jornada, recordó que la discusión y aprobación del presupuesto se encuentra en el terreno de la Asamblea Legislativa e insistió en que las prioridades a tomar en cuenta por los diputados, sean acordes con lo que la ciudadanía necesita.
Amador Zamora considera que la Ciudad de México ha sido un ejemplo de disciplina y fortaleza fiscal en los pasados cinco años frente al resto de entidades de la República, por lo que no ve justo entregar una administración en rojo, cuando sus finanzas se encuentran en verde.
"La fortaleza de la ciudad es tan importante que podemos atender tanto el tema de la reconstrucción como la política electoral sin descuidar la parte fiscal", dijo, al tiempo que agregó que tienen que escoger, por ejemplo, entre darle más dinero al sistema anticorrupción o priorizar las políticas de vivienda y atención al agua.
Admitió que en ningún año la negociación sobre materia presupuestal entre gobierno y asamblea ha sido fácil; sin embargo, ahora se suma el tema electoral y la presión de la ciudadanía para atender los temas de reconstrucción.
Aunque evitó dar un porcentaje preciso de cuánto se destinará a la reconstrucción, Amador Zamora indica que cuando menos hay 2.100 millones etiquetados a esto, que tienen que ser distribuidos por los diputados entre el Instituto de Vivienda, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, la Secretaría de Obras, la Agencia de Gestión Urbana y delegaciones.
Pese a todo, confía en que el 20 de diciembre la Ciudad de México tendrá un presupuesto aceptable que sirva en un año tan complicado como el próximo.