Así lo sostuvo el presidente de la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias de Honduras (Ahiba), Roque Rivera.
Los impuestos alejan la inversión internacional de Honduras. El presidente de la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias de Honduras (Ahiba), Roque Rivera, recomendó al gobierno enfilar sus esfuerzos hacia controlar del gasto público y evitar la imposición de nuevas cargas impositivas.
Así se manifestó el empresario respecto a la Ley de Racionalización de Exoneraciones Fiscales y Control en el Gasto Público, que para sectores empresariales representa un nuevo paquetazo fiscal.
“Honduras posee las cargas tributarias mas altas de Centroamérica y creemos que esta es una de las razones principales para restarle competitividad al país y a las empresas”, indicó.
Fue del parecer que el sector privado está de acuerdo y apoya que todos los ciudadanos paguen los tributos al fisco.
La referida normativa contempla la emisión de unos 6,200 millones de lempiras en bonos para financiar el gasto público y proyectos ejecutados por el gobierno. Al respecto el presidente de la Ahiba dijo que la banca hondureña está sólida y en un franco crecimiento.
“Dependerá, sin embargo, de la disponibilidad de cada banco y de las expectativas que tenga para adquirir esos títulos valores emitidos tanto para el Banco Central de Honduras (BCH), como de la Secretaría de Finanzas”, expresó.
Para Rivera los socios de la banca han invertido cantidades “enormes” de dinero y de capitales. “Este es un negocio con fines de lucro que tiene una cara social. Este es un negocio como cualquier otro en donde se invierte para ganar dinero, no para perderlo”, dijo.
El banquero fue del parecer que espera que las condiciones económicas en el país sean propicias para que la maquila, el agro y la telecomunicaciones entre otros rubros.
“Si tenemos sectores ganadores, entonces, tendremos un país ganador”, apuntó.
La industria bancaria del país está integrada por unos 16 bancos, al menos, la mitad de ellos pertenecen al capital extranjero y el resto es propiedad de empresarios hondureños.