La Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) pronostica una recuperación del 10% este año, aunque con una gran incertidumbre, pese a que varias de las políticas que han frenado el entusiasmo de los inversores todavía están vigentes.
Ginebra. La inversión extranjera directa (IED) global cayó un 13% en 2018 debido a la intervención gubernamental, la incertidumbre por el Brexit y la política fiscal y comercial del presidente Donald Trump, dijo este miércoles la agencia de Naciones Unidas para el comercio y el desarrollo, UNCTAD.
La UNCTAD pronostica una recuperación del 10% este año, aunque con una gran incertidumbre, pese a que varias de las políticas que han frenado el entusiasmo de los inversores todavía están vigentes, y no hay señales de un fin a la rivalidad tecnológica entre las principales potencias.
“La Guerra Fría que apuntala la competencia tecnológica no terminará en los próximos años”, dijo el secretario general de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi, refiriéndose a la rivalidad entre China y Estados Unidos.
La IED, que comprende fusiones y adquisiciones transfronterizas (M&A), préstamos intraempresariales e inversiones en proyectos de puesta en marcha en el extranjero, es un referente de la globalización y una señal potencial de crecimiento de las cadenas de suministro corporativas y futuros vínculos comerciales.
En 2018, la IED en los países desarrollados totalizó US$557.000 millones, la más baja desde 2004, mientras que un récord del 54% se destinó a los países en desarrollo.
Las políticas, más que los factores económicos, frenan el gasto en IED, dijo el jefe de inversiones de la UNCTAD, James Zhan, incluida la reforma fiscal de Trump que alentó a las empresas estadounidenses a repatriar ganancias, eliminando efectivamente la IED de los proyectos extranjeros.
Las cifras preliminares de la UNCTAD en enero sugirieron que el efecto podría ser incluso mayor de lo que resultó, pero luego de retirar 400.000 millones en la primera mitad de 2018, algunas empresas comenzaron a buscar de nuevo acuerdos en el exterior.
Un segundo freno a la IED fue que los grandes países bloqueaban los acuerdos por razones de seguridad nacional y por el dominio de las industrias estratégicas emergentes.