Los mercados se han estado preparando para un recorte en la calificación "AAA" de Francia y posiblemente de otros miembros de la zona euro, desde que Standard & Poor's (S&P) advirtiera a principios de diciembre de una rebaja masiva.
París/Berlín. Francia y Alemania ya se han hecho a la idea de que está cerca del fin la época en que los principales miembros de la zona euro disfrutaban las mejores calificaciones crediticias, pero una rebaja en la calificación podría sacudir a París mucho más fuerte que a Berlín.
Los mercados se han estado preparando para un recorte en la calificación "AAA" de Francia y posiblemente de otros miembros de la zona euro, desde que Standard & Poor's (S&P) advirtiera a principios de diciembre de una rebaja masiva debido a los temores por la crisis de deuda.
Tal medida, en teoría, encarece los costos de endeudamiento y hace que algunos fondos de inversión no puedan adquirir deuda de esos países.
Si S&P recortara las calificaciones de los países de la zona euro en general, los economistas dicen que la reacción política y financiera sería tolerable, como lo ha sido para Estados Unidos desde que la agencia recortó su calificación en agosto.
Pero si Francia sufre una rebaja antes que Alemania, como la agencia Fitch ha sugerido, la igualdad de condiciones que ha existido entre las economías más grandes de Europa podría verse interrumpida.
"Hay un asunto acerca del equilibrio de poder si es que vemos que se rebaja a Francia primero" dijo Mark Wall, un economista en Deutsche Bank en Londres.
El impacto en Francia, donde su presidente, Nicolas Sarkozy, enfrenta una lucha cuesta arriba para ganar un segundo mandato, ciertamente podría ser mucho mayor si París es golpeada primero.
Francia es percibida como la más vulnerable de las seis economías "AAA" de la zona euro debido a sus niveles de deuda y déficit.
El vuelco de Sarkozy
Sarkozy cambió su discurso diciembre, alegando que la pérdida de la calificación "AAA" no sería un desastre para Francia, tras haberse comprometido anteriormente a defender la máxima calificación del país hasta el final.
Sin embargo, un recorte de uno o dos escalafones podría ser devastador para la imagen que él ha querido forjar de sí mismo como la persona en mejor posición para manejar la crisis de deuda de la zona euro y reactivar a la anémica economía de Francia.
Sarkozy se dirige hacia los meses finales de una campaña en la que va detrás de su rival en los sondeos, el socialista Francois Hollande.
La caída de Francia como potencia económica mundial se ha vuelto un tema en la campaña para las elecciones del 22 de abril. Sarkozy espera que su lucha por la sobrevivencia de la zona euro junto a la canciller alemana, Angela Merkel, le permita ganar la venia de los votantes.
El fin de una era
En Berlín, las autoridades parecen relajadas acerca de la posibilidad de una rebaja. Como la economía más grande de la zona euro y el refugio más seguro para inversores, Alemania podría incluso ver descender sus costos de endeudamiento en el evento de una rebaja masiva -- como se vio en Estados Unidos luego de la rebaja de S&P el año pasado.
Una alta autoridad alemana dijo a Reuters que era tiempo que Europa aceptara que enfrenta "el fin de la era AAA". Las altas autoridades del Gobierno han señalado en privado por semanas que están preparados para aceptar una rebaja en la calificación "AAA" del Fondo Europeo Estabilidad Financiera (FEEF) si Francia y otros países son rebajados.
En Francia, la gran interrogante es si una rebaja tendría un impacto en las políticas después de las elecciones.
El Gobierno conservador de Sarkozy lanzó dos paquetes de recorte presupuestario en el 2011.
Pero la mayoría de los economistas dijeron que un mayor empuje de austeridad es inevitable este año, si Francia quiere mantener sus promesas de recortar su déficit público a 4.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2012, para que pueda respetar el límite impuesto por la Unión Europea de 3%, en el 2013.
En un saludo televisado de año nuevo, Sarkozy se comprometió a que no habría otra medida de ahorro durante su actual mandato.
"Ni los mercados financieros o las agencias de calificación dictarán las políticas de Francia", dijo Sarkozy en su discurso.