Tsipras dijo también que él tendría que recurrir a un referendo si los prestamistas insistían en demandas que su Gobierno -que se comprometió a desechar las medidas de austeridad- considerara inaceptables.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo este martes que confiaba en llegar a un acuerdo inicial con los acreedores internacionales del país dentro de dos semanas, tras los cambios en el equipo de negociadores de Grecia y la marginación de su ministro de Finanzas, que irritó a sus socios de la zona euro.
Tsipras dijo también que él tendría que recurrir a un referendo si los prestamistas insistían en demandas que su Gobierno -que se comprometió a desechar las medidas de austeridad- considerara inaceptables.
Atenas está a pocas semanas de quedarse sin fondos y las conversaciones con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se trabaron por las exigencias de los acreedores de que Grecia implemente reformas como recortes en las pensiones y la liberalización del mercado laboral.
En una entrevista televisada, Tsipras aseguró que espera llegar a un acuerdo con los acreedores para el 9 de mayo, tres días antes de que venza un pago de deuda al FMI por alrededor de 750 millones de euros (US$815,5 millones).
El primer ministro griego descartó una cesación de pagos, pero destacó que la prioridad del Gobierno es pagar los salarios y pensiones.
El lunes los mercados financieros griegos y el euro subieron por las esperanzas de que la relegación del ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, mejore las posibilidades de cualquier acuerdo inicial que evite un default que podría conducir a una salida de Grecia de la zona euro.
Pero, según un sondeo publicado el martes por el grupo alemán Sentix, cerca de la mitad de los inversores prevé que Grecia saldrá de la zona euro dentro de los próximos 12 meses.
La Comisión Europea dijo que las negociaciones para un acuerdo estaban avanzando pero no dio detalles concretos.
Consultado sobre las opciones del Gobierno en caso de que no se lograra un acuerdo, Tsipras descartó elecciones anticipadas, pero dijo que el Gobierno no tenía el derecho de acatar demandas "fuera de nuestro mandato" y que un acuerdo que exigiera tales términos tendría que ser sometido a referendo.
"Estoy seguro de que no llegaremos a ese punto. Pese a las dificultades, las posibilidades de ganar en las negociaciones son grandes", aseguró.
Tsipras afirmó que Grecia estaba en la recta final de las negociaciones pese a las diferencias en temas clave como la reforma laboral, la reducción de las pensiones y un propuesto aumento del impuesto al valor agregado en islas turísticas.
El primer ministro dijo que esperaba un acuerdo inicial sobre las reformas esta semana o la próxima y que la venta de activos sería parte de las concesiones ofrecidas, incluidos la enajenación del puerto de El Pireo y el arriendo de 14 aeropuertos regionales.
Negociación. El lunes, Tsipras designó al viceministro de Relaciones Exteriores, Euclid Tsakalotos, como jefe de un nuevo grupo que negocia con los acreedores de Grecia.
Además, en un esfuerzo por mostrar que Atenas se toma en serio el dar a los acreedores acceso a sus datos, el nuevo equipo también colaborará con los responsables de la UE y el FMI que pidan información en la capital griega.
En la práctica, las decisiones quitan las negociaciones de manos de Varoufakis, y si bien Tsipras defiende al titular de Finanzas también reconoce una disposición amarga hacia Grecia entre los ministros de la zona euro.
"Hay un ambiente negativo, pero creo que es parte del juego de negociación", dijo Tsipras.
Tsipras agregó que Grecia esperaba obtener un pago anticipado de ganancias futuras de entre 3.000 millones de euros y 5.000 millones de euros si concretaba un acuerdo con Rusia sobre un proyecto de gasoducto.
Christian Noyer, gobernador del banco central de Francia y miembro destacado del Banco Central Europeo, opinó que marginar a Varoufakis de las negociaciones podía ser productivo, pero que a Atenas le quedan decisiones difíciles por tomar.
"(Varoufakis) estaba creando un número de tensiones por lo que (su marginación) ciertamente puede ayudar en las negociaciones, pero eso no quita que (...) el Gobierno griego tiene que decidir finalmente sobre reformas serias para reencauzar a la economía", dijo Noyer.